Hace aproximadamente 10 años, con el auge del envío de datos, ese volumen brincó a 10GB, requiriendo una nueva estructura en red de fibra óptica.
Por Gilberto Gonzaga, Ingeniero en ventas para América Latina y el Caribe, de Corning
Para explicarlo, podemos compararlo con una carretera: imagine que los datos son los automóviles y los cables antiguos funcionan como carreteras de doble sentido (un sentido para ir y el otro para regresar). Con poca necesidad de transmisión era posible mantener así todas las operaciones. Sin embargo con el aumento exponencial en el flujo (por factores como el incremento de páginas web, la popularización de servicios de streaming, incremento en la migración de datos a nubes, etc.) los centros de datos pronto tuvieron que transformarse debido a sus limitaciones.
Así que fue creado el sistema “dúplex” (o de dos fibras), y trajo “caminos paralelos”. Siguiendo con la misma metáfora, la carretera de doble sentido ganó un “carril secundario”, que conducía los afluentes que incrementaban el tamaño del flujo de datos. Esta solución se extendió gradualmente hasta la llegada de cables de 12 fibras.
Los cables de 12 fibras se hicieron populares y con el desarrollo de nuevos switches diversos protocolos fueron creados con transmisión a velocidades de 10GB, 40GB y hasta 200GB por segundo. Un problema, sin embargo, es que este modelo no se aprovecha del todo. Mientras que embona fluidamente en bases con 12 o 24 fibras paralelas, es difícil instalarlo en sistemas de base 20.
La salida más común para este problema es deshabilitar ciertas fibras o entrar a la red con módulos capaces de realizar conversiones de una base a otra. Sin embargo, al añadir nuevos elementos, existe por supuesto un costo extra y una reducción en la capacidad máxima que la instalación puede alcanzar – a esto se le conoce en términos técnicos conoce como atenuación.
En orden para acabar con esta dificultad y optimizar el uso de cables multi-fibras en los centros de datos, recientemente se creó la arquitectura base 8, adaptable a todos los conectores cuando se usa en conjunto con base 2. Con ella es posible garantizar el uso del 100% de las fibras en una instalación y alcanzar velocidades de hasta 400 GB (esto es duplicar los 200 GB y ahora es posible en los centros de datos de mayor capacidad).
Es la flexibilidad al servicio de la velocidad. Los centros de datos alrededor del mundo están comenzando a prepararse para el futuro utilizando tecnología base-8; conscientes que la demanda para el flujo de datos seguirá evolucionando. Gracias a eso podemos movernos con más rapidez en un mundo cada vez más conectado (y lleno de datos).