Tecnologías disruptivas que permite convertir vastos volúmenes de información y datos en conocimientos que pueden transformar y mejorar la vida de las personas.
Las tecnologías disruptivas con los continuos avances que hay en la computación, se están tornando cada vez más posible para añadir los sentidos y la inteligencia a todo lo que nos rodea. Las posibilidades son infinitas como diminutos procesadores o “chips” y sensores que pueden colocarse virtualmente en cualquier lugar, incluso en la piel de una persona o en un simple par de tenis.
Imaginemos por un momento vivir en una casa donde “todo” está conectado y todo lo que necesita para el día está disponible, en el momento en que uno se despierta. En esta casa, su cama sabe cuándo ha despertado, y le dice al radio que se encienda para que pueda escuchar el informe del tráfico y del clima para el día o la música que sabe que a usted le gusta. Le dice a la cafetera que le prepare un rico café, mientras se prepara para empezar el día, su cepillo de dientes le avisa si es necesario asistir ir al dentista, mientras le marca una cita en la agenda según su disponibilidad. Su ducha se ajusta basada en la temperatura de su preferencia y cuando va hacia el espejo del baño, éste le recuerda que debe tomar sus vitaminas. Al momento de vestirse, el espejo del armario le ayuda a elegir una ropa según el tiempo y las actividades que ha planeado. Al salir de la casa, una pantalla en el camino le permite saber que ha olvidado su billetera.
Estamos a punto de convertir vastos volúmenes de información y datos en conocimientos que pueden transformar y mejorar nuestras vidas. Cuando operamos en un ambiente seguro en el que nosotros –y nuestras cosas– hacemos uso de nuestra información para poder mejorar y vivir nuestras vidas de nuevas maneras inimaginables.
Como líder en la innovación de la computación, Intel está diseñando y construyendo tecnologías claves que son la base para esta amplia gama de dispositivos y aplicaciones computacionales. Intel está creando herramientas que colocan a la inteligencia y a los datos complejos y conectados a trabajar de maneras más simples, fáciles y casi invisibles para nosotros –incluso mientras remodelan nuestro mundo para traernos mejores experiencias.
Más cosas inteligentes
En nuestras casas, coches y oficinas estamos rodeados por minúsculos dispositivos inteligentes que captan datos acerca de cómo vivimos, así como de lo qué hacemos. Todo Inteligente también significa tener esa conectividad en lugares inesperados, en cosas que normalmente nunca llamaríamos dispositivos. Quiere decir que un zapato, un brazalete o unas gafas de sol pueden decirnos dónde ir a correr. O que los sensores en un teléfono, en un coche o en un semáforo podrían decirnos el nivel de contaminación atmosférica que hay en la Ciudad ese día. Estamos entrando en una era en que los detalles más mundanos en nuestras vidas pueden hablarnos, o hablarse entre sí, realizando tareas bajo comando, proporcionando datos que nunca tuvimos antes.
Entonces tenemos estos miles de millones de dispositivos preparados para hacer más de un billón de conexiones y, en este proceso, generar enormes volúmenes de datos. Pero sin la “inteligencia digital” para conectar estos dispositivos y dar algún sentido a estos datos, esa información será aplastante y de poca utilidad para las personas. Digamos, por ejemplo, que está saliendo de su casa para su carrera matutina en un parque próximo. Es verano y hay un alto nivel de contaminación atmosférica. Sensores en el parque están monitoreando activamente la calidad del aire, ¿pero de qué sirve si estos sensores no perciben que hay cierta polución que afecta negativamente a su salud? Finalmente, ¿cómo pueden ayudarle estos sensores si no le alertan a través de sus dispositivos que debería considerar otro camino alternativo?
Todo Inteligente es más que equipar a las cosas con la habilidad de conectar datos. Todo Inteligente cambiará todo, porque los chips inteligentes permitirán que las cosas comprendan los flujos de información de distintas formas que nos van a beneficiar. Es la suma de la inteligencia y la conectividad que hará que los dispositivos y el entorno “cobren vida”.
Innovaciones para la sustentabilidad y la vida inteligente
Todo Inteligente es una realidad inminente, vinculada a las tecnologías disruptivas, que promete conectar a las personas y a sus pertenencias de maneras que nos economizarán tiempo y esfuerzo, además de que harán posibles cosas que antes no lo eran.
La mayoría de nosotros actualmente tiene un Smartphone, algunos tienen una Smart TV, y algunas veces hemos tenido la oportunidad de ver coches inteligentes en las carreteras. En breve, otros dispositivos conectados entrarán en nuestras vidas –relojes inteligentes capaces de calcular calorías, cubiertos capaces de monitorear lo que comemos y lentes de sol capaces de ajustarse automáticamente según el horario del día. Los sensores pueden ser programados para que hagan todo tipo de cosas, sintiendo el ambiente alrededor de ellos, enviando datos, y compartiendo su temperatura, peso, velocidad, etc. Un ejemplo es el sistema de iluminación viaria inteligente de Helsinki, Finlandia. Estas luces tienen sensores capaces de detectar las condiciones ambientales y automáticamente oscurecer o clarear de acuerdo a la cantidad de luz solar disponible, a las condiciones meteorológicas y mucho más.
Uno de los aspectos más emocionantes de Todo Inteligente es qué tan rápidamente se está tornando parte de nuestra realidad diaria. Vemos eso por todas partes, con muchos dispositivos volviéndose más inteligentes, desde el medidor de luz hasta los zapatos deportivos.
Cada año vemos más dispositivos que usamos diariamente y que de repente se convierten en terminales inteligentes. Se estima que para el año 2020 habrá más de 50.000 millones de dispositivos conectados en todo el mundo, donde una persona usará en promedio de seis aparatos.
Los desafíos para Todo Inteligente
Hemos escuchado sobre la ciudad inteligente del futuro desde hace ya mucho tiempo, ¿entonces por qué aún no ha llegado? Hay tres grandes partes para transformar esa visión en realidad. Necesitan reducirse los costos para transformar universal la implementación, la eficacia en el consumo de energía para los sensores y para los chips, la cual necesita mejorar, los dispositivos necesitan mantener la conectividad constante para ofrecer informaciones y para poder compartirlas 24 horas por día, siete días por semana.
Si llegan a más de 50.000 millones los dispositivos conectados proyectados para el año 2020, significa que habrá tres veces la cantidad de dispositivos conectados como personas en el planeta hasta ese momento. En términos de eficiencia en el consumo de energía, ¿cómo el mundo alimentará a todos esos aparatos y dispositivos controlados por máquinas? La visión es que los dispositivos conectados mejoren nuestras vidas sin que lo percibamos –y esto sólo funcionará si no tenemos que preocuparnos en cargar baterías. La captación de energía es una posible solución. Cultivar pequeñas cantidades de energía cuando sea posible, de fuentes como el sol, las antenas de televisión, los paneles solares y hasta con el movimiento que producimos al caminar, generando así energía a través de nuestras zapatillas deportivas.
Con relación a los costos, los consumidores actualmente pagan un alto margen por los chips y los sensores extras asociados a la conexión de la cerradura, al termostato o a la lámpara con la red. Pero la Ley de Moore prácticamente asegura que los chips y los sensores integrados en estos artículos continuarán siendo más rápidos, menores y más baratos con el paso del tiempo. Conjuntamente con la disminución de los costos para la comunicación de datos, los consumidores innovadores y las nuevas empresas están inventando sus propios sensores a un bajo costo, inteligentes y estándares para las redes, haciendo esfuerzos con sensores que permitan a los consumidores la implementación de innumerables sensores en casa y en la oficina.
En el futuro, los dispositivos inteligentes harán más que simplemente emitir alertas, sino que harán la conexión perfecta y recibirán actualizaciones de otros dispositivos y podremos, literalmente, configurarlos y olvidarlos. Ya hemos visto casas inteligentes que automáticamente encienden la luz y la calefacción cuando una persona está en el cuarto, y los semáforos inteligentes que reaccionan de acuerdo al tránsito vehicular y a los accidentes para mejorar el flujo de la circulación.
Con los dispositivos y la tecnología de sensores cada vez más baratos, menores y más eficaces, estamos viendo esta visión finalmente convirtiéndose en realidad, permitiéndonos conectar más y aprender más. A medida que surgen más dispositivos, el poder y el potencial para su uso continúa creciendo exponencialmente. Este cambio ayudará a conectar las cosas que aún permanecen desconectadas en el mundo, creando un valor real para todos nosotros.