Tanto el mundo como la región están lejos de regulaciones unificadas. Por ello, las Regtech han encontrado en el caos una oportunidad.
La tecnología, por lo generará, aviva los miedos de la mayoría de las personas. Y, cuando las personas se asustan, surge el descontento.
En condiciones normales, cuando las personas se asustan busca que alguien las defienda. Esos, en nuestras naciones, suelen ser políticos que crean leyes de “protección” para los “efectos adversos” de la tecnología.
Los resultados no siempre son los mejores, especialmente debido a nuestra cultura desconfiada y policial. Por eso solemos mirar lo que hacen sistemas políticos más desarrollados como el de la Unión Europea.
Lo cierto es que, frente al “tsunami” normativo y regulatorio que afecta cada vez a más compañías, aparecen las Regtech como única solución para cumplir con las regulaciones de manera eficiente y automatizada.
Y es que la presión regulatoria es cada vez más dinámica y avasallante. Las compañías no solo se exponen a grandes sanciones sino que también se ven obligadas a invertir recursos y tiempo para estar al día con las normas que las afectan.
Al rescate de la libertad y la legalidad
En la actualidad, además del sector bancario que, por tradición y debido a reiteradas crisis financieras, es siempre blanco de multiples y complejas regulaciones para garantizar su transparencia, encontramos que también otras entidades financieras y no financieras, así como nuevos actores de la economía (como las billeteras digitales o los exchanges de criptomonedas) comienzan a ser alcanzados por los complejos marcos normativos.
El cumplimiento regulatorio es una tarea que consume mucho tiempo y tiene un gran costo. En la actualidad, por ejemplo, las plataformas de intercambio de criptomonedas podrían verse obligadas a cumplir con las normas anti lavado de dinero y reportar a las autoridades competentes, tal como lo pidió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Frente a esta tarea, que podría ser sumamente tediosa, aparece el Regtech – término acuñado por la Financial Conduct Authority, un regulador del Reino Unido, que significa literalmente “tecnología regulatoria” -: una serie de empresas de base tecnológica que crean soluciones para ayudar a otras empresas a cumplir con los requerimientos regulatorios de sus sectores.
“Apoyadas sobre tecnologías como el cloud, el big data y machine learning, estas soluciones permiten reducir de forma significativa los costos y el tiempo empleado en el cumplimiento de regulaciones, ya que se basan en la automatización de procesos”, explica Hernán Piñeiro, CEO de Worldsys, una de las firmas especializadas en esta temática.
Adaptarse al cambio en tiempo real
El mayor beneficio de esta nueva ayuda tecnológica no solo es recae en las empresas: estas soluciones brindan información más precisa, ordenada y en tiempo real a los organismos supervisores.
Esto es fundamental para la prevención de lavado de activos, por ejemplo.
Además, las Regtech son muy prácticas ya que permiten adaptarse a los nuevos requerimientos, sin necesidad de hacer un seguimiento constante de los crecientes cambios normativos.
“Por otro lado, también permite un control del trabajo interno de cada compañía, reduce los posibles errores que pueda traer el incumplimiento normativo y contribuye a crear un sistema financiero global más transparente y controlado”, finaliza Hernán Piñeiro, CEO de Worldsys.
Pero, ¿cómo funcionan? Lo cierto es que no hay una fórmula única para el Regtech, sino que depende del área regulatoria en la que se inserte su solución.
En Worldsys, por ejemplo, ofrecen distintos tipos de soluciones:
1.- Monitoreo de Operaciones
Una solución para registrar y monitorear operaciones inusuales con enfoque basado en riesgos.
Esta herramienta emite alertas y permite aplicar el tratamiento correspondiente si detecta movimientos sospechosos, cuenta con diversas herramientas para:
- Identificar y segmentar riesgos en los clientes
- Y enfocar la inteligencia basada en el riesgo como exigen las regulaciones.
Ampliamente utilizada por el sector bancario, quien se vió obligado a contar con este tipo de tecnologías luego de la llegada de las regulaciones AML (Anti Money Laundering).
2.- Screening
Permite saber si una persona con la que se va a realizar una operación posee responsabilidades públicas prominentes, es decir, si es una Persona Expuesta Políticamente o PEP.
El software busca en una base de datos con más de 1.500.000 registros que se actualizan permanentemente.
Además cuenta con información adicional de otras fuentes como listados de terroristas, noticias adversas, boletines oficiales, informes comerciales y relaciones societarias.
Ciertas empresas se encuentran obligadas a reportar a las unidades de control financiero de cada país las operaciones que realicen con personas que se encuentren en listados PEP.
Algunas otras empresas, a pesar de no estar obligadas, optan por soluciones de este tipo para conocer en profundidad con quién se relacionan comercialmente y así poder evitar futuros riesgos.
3.- Reporting a Regulador
Permite presentar información al ente regulador de manera automatizada y en los formatos establecidos.
Estas soluciones minimizan las acciones operativas, agilizando tiempos y garantizando un correcto cumplimiento.
Por ejemplo, en Argentina, el BCRA exige distintos Regímenes Informativos a entidades financieras y no financieras, como es el caso de los Proveedores de Servicios de Pago (más conocidos como billeteras digitales), las cuales deben cumplir obligatoriamente con dos Regímenes Informativos con frecuencia mensual.
El principal beneficio de la tecnología Regtech para las entidades tiene que ver con la identificación de sus clientes y la detección de operaciones inusuales, lo que confiere mayor seguridad para los negocios.
Igualmente, estas soluciones son útiles para la adhesión a las normas anti lavado y contra la financiación del terrorismo, siendo la primera de estas sumamente importante en caso de que las plataformas de intercambio de criptomonedas en aquellos países que deben cumplir con estas exigencias.