Los cambios tecnológicos actuales colocan una fuerte presión sobre el talento de las organizaciones.
Mientras la academia alcanza a la tecnología, las empresas deben transformar y actualizar las competencias y destrezas de sus colaboradores.
No importa cuánto busque. Si usted está en América Latina y busca un especialista en Inteligencia Artificial agéntica, va a demorar en conseguirlo.
Y, si lo consigue, lograr que se mueva de su actual posición requerirá de incentivos que pueden ser desafiantes para su empresa.
Es por ello que conviene, más bien, desarrollar una gestión estratégica, tanto del talento como de las habilidades que necesita en él.
Para la Business Development Director en Trust Journey, Tamara Carrizo, muchas empresas están convencidas de estar llevando a cabo una transformación profunda en sus procesos y flujos de trabajo.
Sin embargo, la realidad es que están cometiendo errores invisibles que sabotean el cambio desde adentro. ¿Lo peor? Que en no pocas ocasiones, están fallas se tienen como acciones correctas.
“Invertir sin dirección lleva a resultados pobres o inexistentes. Focalizarse solo en la tecnología o en los procesos, sin una meta clara, genera desconexión con los colsboradores. Sin un norte estratégico, es casi imposible demostrar valor. O retorno”, explicó Tamara Carrizo, Business Development Director en Trust Journey.