Por Carranza Torres & Asociados
Ya no hay marcha atrás. El Poder Ejecutivo Nacional lamentablemente le ha puesto número al impuesto tecnológico, esto es, ha promulgado y publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina la Ley 26.539 que modifica la Ley de Impuestos Internos y demás. Como dijéramos en ocasiones anteriores, es mucho, es un embate al valor agregado, ese valor agregado que, aunque insistentes, no dejaremos de resaltar, como pocos lo hacen.
Establecido el abanico de productos a los que alcanzará esta medida (Celulares, Cámaras Digitales, MP3, Monitores, LCD, GPS, Heladeras, Congeladores, Calentadores, Estufas Eléctricas y Microondas) y los valores porcentuales que recaerán sobre los mismos, fabricados o a fabricarse fuera (del 10,5 al 21% de aumento de IVA) o dentro (disminución del 61,47% de Impuestos Internos) de la provincia de Tierra del Fuego, se establecieron, también, estimaciones de los potenciales efectos nocivos que generará en la industria TIC, esta industria del valor agregado como producto final, como servicio final, como competitividad final.
Lamentamos este accionar de las autoridades nacionales que, con esta medida, parecen no acompañar los incalculables beneficios que se vienen forjando año tras año desde esta industria. La misma que lleva en su seno a la de software y servicios informáticos, que:
• En un período de 7 años (2002-2009) creció un 359% en facturación, un 542% en exportaciones y un 344% en generación de empleo;
• Muestra que las expectativas de cierre del 2009 en comparación con el 2008 revela un crecimiento del 15,8% en la facturación, del 20,1% en las exportaciones y del 7,2% en el empleo;
• Espera para el año próximo incrementar un 20,3%, 20,9% y 13,6% en los tres rubros, respectivamente, lo que significará una facturación de $10.780 millones, exportaciones por US$732 millones y casi 65.000 empleados altamente calificados trabajando en la industria.
Cifras que no podemos no dejar de remarcar, puesto que no cualquier industria factura, exporta y genera lo que esta misma industria factura, exporta y genera, esperando seguir haciéndolo como de costumbre, año tras año, superándose a sí misma, como círculo virtuoso de la productividad, la competitividad y el valor agregado.
Esperemos esta ley no nos deje indefensos ante la aspiración de las empresas nacionales de continuar manteniéndose competentes a nivel regional e internacional. A contra marcha de esta medida, la industria seguramente buscará seguir construyendo el círculo virtuoso mencionado, para sobresalir como líderes innovadores en materia de TIC.