Microsoft está teniendo problemas para explicar sus requerimientos de actualización a Windows 8.1 a sus clientes.
El problema comenzó el mes pasado, cuando Microsoft lanzó Windows 8.1 Update y le dio a los usuarios hasta el 12 de mayo para instalarlo, diciendo que de lo contrario no tendrían acceso a futuros parches.
Respondiendo a quejas de varios usuarios, Microsoft decidió extender el plazo hasta el 10 de junio, tanto para usuarios comerciales como para personas.
Por ello, los usuarios de Windows 8.1 tendrán acceso a ajustes de seguridad hasta el 10 de junio, pero Microsoft no les dará acceso a ajustes de bugs relacionados a la seguridad, según un portavoz de Microsoft.
Por el contrario, los usuarios que cuenten con Windows 8.1 Update sí recibirán todas las actualizaciones.
En abril, Microsoft dio a entrever que Windows 8.1 Update sería requerido, desde un punto de vista tecnológico, para recibir futuros parches y ajustes.
Otro portavoz de Microsoft dijo por correo que “todos las futuras actualizaciones de 8.1 -de seguridad y otras- tienen una dependencia en 8.1 Update. Esto significa que los usuarios de 8.1 necesitan instalar 8.1 Update antes de instalar cualquier otra actualización”.
“Si para el 10 de junio no han instalado 8.1 Update, ningún otro parche les será visible en la interfaz de actualización de Windows porque necesitarán instalar la actualización para recibir las siguientes”, añadió.
La respuesta parecería darle más fuerza a la idea que Windows 8.1 Update establece una forma de base tecnológica necesaria para que los usuarios de Windows 8.1 puedan instalar futuros parches.
Fuente: CIO / Juan Carlos Pérez / 14-05-2014