Seguridad, Sociedad y Estado definen a una Nación o a una región en un marco establecido por cada cultura como un proceso evolutivo que muta de forma constante.
Los Servicios de Información de cada Estado Latinoamericano tienen la obligación evolucionar y meterse de lleno en el siglo XXI.
El ex agente de la CIA, Edward Snowden ha despertado la atención de nuestras sociedades que ven con asombro que todos estamos siendo analizados gracias a la tecnologÃa y a la evolución de la Web 3.0.
La sociedad ha evolucionado a la par de la tecnologÃa, pero la seguridad y el estado aún tienen asignaturas pendientes para ser parte de lo que el mundo llama, economÃa del conocimiento.
Las fronteras fÃsicas han desaparecido, el dinero fluye de un lado al otro del planeta en pocos segundos, el crimen se mueve con mucha facilidad por todo el globo y trata de enmascararse detrás de bits y bytes para amalgamarse con las economÃas formales.
El crimen mira con singular atención al cibercrimen, porque los riesgos aún son mÃnimos y la visión global para negocios sucios se ha convertido en un verdadero atractor para organizaciones delictivas o extremistas por igual.
Hoy resulta inocente no entender lo que sucede en el mundo en el que vivimos, las grandes potencias utilizan todo su poderÃo tecnológico para hacer tareas de inteligencia, la capacidad de analizar en tiempo real todo lo que sucede es incuestionable.
América Latina, debe entender como ser parte de este juego y no aferrarse a viejos conceptos de la vieja guardia.
Si no hay fronteras, cambia el paradigma de seguridad y necesariamente debe cambiar la visión del Estado para proteger a la Sociedad.
Resulta necesario evolucionar los Servicios de Información del Estado, resulta imperativo componer una nueva estrategia de la mano de la tecnologÃa y es necesario entender que nuestro enemigo no necesariamente es interno.
Recientemente en un estudio realizado por el Centro Simón Weisenthal, ha confeccionado un mapa del miedo mundial, con información pública que aparece en las redes sociales.
Identificaron más de 5000 terroristas en las redes sociales, muchos de los cuales no figuraban en las bases de datos de los servicios secretos de información de varios estados del primer mundo.
Nadie quisiera tomar un avión con ninguno de esos muchachos identificados por el Centro Weisenthal, el mundo ha cambiado y nuestros agentes no pueden seguir empujando un lápiz o juntando información en un mundo fÃsico y analizando mentalmente lo que puede suceder.
El mundo que vivimos no es fácil, Edward Snowden puede esconderse en un mundo fÃsico, pero nunca podrá esconderse en el mundo digital. Snowden nunca será perdonado por salir del sistema y su vida hoy depende de su capacidad de guardar información que no dijo, aún.