El 2.023 fue considerado el año de la Inteligencia Artificial.
Sin embargo, 2.024 ha estado dominado, por esta tecnologĂa. ÂżPodrá la infraestructura consolidar a la IA en 2.025?
Por: Alejandro Girardotti | Sr Director de Producto, Innovación y Alianzas Estratégicas de Cirion Technologies
El 2.024 será recordado como un año de revolución en las telecomunicaciones. La inteligencia artificial (IA) dejó de ser una promesa futura y se consolidó como el motor impulsor de la industria. Mientras, la ciberseguridad se elevó a la cima de las preocupaciones globales.
Este fue el año en que las redes no solo conectaron a las personas, sino que potenciaron la transformación digital de empresas, servicios y sectores enteros.
En términos de impacto, lo que comenzó como una herramienta para automatizar procesos, rápidamente se transformó en una fuerza que multiplicó las capacidades humanas.
Los trabajadores digitales empezarán a integrarse en tareas clave, desde la atención al cliente hasta la toma de decisiones estratégicas.
Sin embargo, para que esta maquinaria funcione sin fricciones, la infraestructura tecnolĂłgica, todavĂa tiene pendiente el desafĂo de crecer a la velocidad de la innovaciĂłn. Nos referimos, , particularmente a los data centers y las redes.
Soporte para la Inteligencia ArtificialÂ
Ya en 2.024, los data centers se han convertido en auténticos centros neurálgicos del mundo digital.
Tanto la computación en la nube como en el borde (edge computing) permiten que las empresas procesen datos más rápido y más cerca de donde realmente importa: en la puerta del cliente.
Esta descentralizaciĂłn reduce la latencia y mejora la experiencia del usuario final. Ello hará que la adopciĂłn de infraestructuras hĂbridas alcance un 85% a nivel global en 2.025, segĂşn Gartner.
Por supuesto, esta explosión de conectividad y procesamiento de datos también atrajo la atención de los ciberdelincuentes.
Casi al finalizar este año, se registra un crecimiento del 24% en relación al 2.023, cuando se detectaron 29.000 vulnerabilidades tanto en sistemas como en aplicaciones. Mediante la modalidad de ransomware, los atacantes superaron el billón de dólares de ganancias.
Para las empresas, esto no fue un simple juego de azar: proteger sus redes y datos se convirtiĂł en una cuestiĂłn de supervivencia.
Con este panorama, las telecomunicaciones se posicionaron como la columna vertebral de la era digital, dejando a los data centers como centros neurálgicos para el desarrollo de labores que incluyan Inteligencia Artificial.
La nueva responsabilidad
¿Por qué la infraestructura se vuelve crucial? Porque los nuevos requerimientos presionan que los centros de datos funcionen con un mayor ancho de banda y mejores conexiones.
Esto para procesar datos a velocidades tales como 400 u 800 gigas por segundo. O, incluso, superando el terabit por segundo.
A medida que avanzamos hacia 2025, también se espera que la regulación de la inteligencia artificial gane protagonismo.
Las organizaciones deberán equilibrar la innovación con el cumplimiento de normas más estrictas, en cuanto a privacidad y seguridad de los datos.
La creaciĂłn de marcos regulatorios más sĂłlidos será esencial para garantizar el uso Ă©tico y seguro de la IA. Ello tambiĂ©n impactará en cĂłmo las empresas diseñan e implementan estas tecnologĂas.
Finalmente, la proyección hacia 2025 revela un futuro en el que la inteligencia artificial será omnipresente.
Pero sĂłlo si las empresas logran superar los desafĂos de escalabilidad, seguridad y redes.
Las organizaciones que inviertan en infraestructura avanzada, tecnologĂas de edge computing y soluciones de seguridad basadas en IA estarán mejor posicionadas para liderar la transformaciĂłn digital.
El 2.024 marcó un punto de inflexión para la inteligencia artificial, lo cual no solo presenta oportunidades ilimitadas sino, también, importantes retos.
La pregunta ya no es si la IA será el motor de cambio en los próximos años, sino si estamos preparados para soportar la magnitud de ese cambio de manera eficiente y segura.
Las tendencias que marcan este año y las proyecciones para 2.025 nos indican que solo aquellos que se anticipen a estos desafĂos serán quienes dominen el futuro de la inteligencia artificial.