Con el robo-advising, las instituciones pueden brindar asesoramiento de gestión de carteras automatizado y basado en algoritmos.
El auge de la analítica y la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un componente clave para el éxito en los negocios. En los mercados financieros sobraa casos exitosos de su implementación: cajeros de autoservicio, procesamiento automático de préstamos, pagos, etc. Pero hay uno en particular cuya expansión es fascinante: el robo-advisor.
La gestión de las inversiones y el patrimonio personal tradicionalmente se ha dejado en manos de los expertos, un equipo de asesores y administradores de patrimonio que se reúne anualmente con los clientes y despliegan estrategias de inversiones en distintas carteras de títulos e instrumentos cuya rentabilidad depende de la gestión de riesgos.
Pero con el crecimiento de las plataformas de robo-advising, el proceso de proporcionar asesoramiento de gestión de cartera de forma automatizada y basado en algoritmos, todo está cambiando. Inclusive existen herramientas para pequeños inversionistas que ya exploran procesos automatizados de inversión, bots de trading automático, que utilizan parámetros de machine learning para capitalizar oportunidades en mercados emergentes como los de criptomonedas, como es el caso de Bitcoin System.
Las soluciones de robo-advising comenzaron en 2008 y se ha convertido en estándares de facto para nichos importantes del sector financiero. Se estima que el volumen de activos administrados por robo-advisers ascienda este año a la asombrosa cifra de 2,2 billones de dólares.
Apalancadores del robo-advising
Los robo-advisors hacen posible la participación en el negocio de inversores individuales. Al tiempo que los bancos y gestores patrimoniales están creando productos de robo-advisors para complementar los servicios y ofertas existentes. Analicemos cada una de estas oportunidades.
Según un informe del Pew Research Center, los millennials son ahora el segmento laboral generacional más potente entre los inversores individuales. Esta generación ha crecido apostando sobre la marcha; estas personas están acostumbradas a las cuentas corrientes o a realizar un pago a través de una aplicación. Han vivido las dificultades financieras de la década de 2000, que ha reducido el poder reputacional de los grandes bancos”. Su nivel de comodidad con la tecnología y su deseo de transparencia y control hace que una herramienta de inversión automatizada sea su instrumento más natural en materia financiera.
Muchas empresas de asesoramiento robotizado están capitalizando ese interés al ofrecer tarifas de gestión bajas y carteras personalizadas para satisfacer las necesidades del inversor individual. Estas empresas emergentes son nativas de la nube, lo que significa que pueden escalar su infraestructura rápidamente para satisfacer las demandas de los consumidores. También están diseñados específicamente para el asesoramiento automático. Por lo que, a diferencia de los grandes bancos, no están creando un nuevo producto o servicio en una infraestructura existente.
El desafío del robo-advisor para los bancos tradicionales
Para los bancos e instituciones financieras tradicionales, el robo-advising presenta un desafío interesante. Agrega una capa de eficiencia y automatización al proceso de inversión, pero también compite con los modelos comerciales tradicionales. Resolver este desafío radica en encontrar la relación y el equilibrio adecuados entre los asesores humanos y los asesores robóticos.
Y es que los robo-advisors brindan a los administradores de patrimonio humano análisis en tiempo real sobre las tendencias del mercado, movimientos de acciones y más. Estos conocimientos, entregados a escala, ayudan a los administradores de patrimonio a desempeñar un papel activo en la creación de una estrategia de inversión inteligente y proactiva para sus clientes. También permite una mayor transparencia, algo que los clientes exigen de las instituciones bancarias y financieras, y crea un nuevo tipo de compromiso entre el cliente y el banco.
También podemos suponer que el rol tradicional de administrador de patrimonio cambiará. Dejarán que los robots procesen los números y se centrarán en ser un recurso para sus clientes. Además de proporcionar orientación y asesoramiento basados en datos. Y para la industria bancaria, esa es la verdadera belleza de cómo los humanos y las máquinas pueden trabajar juntos para lograr algo especial para el cliente.
Actualmente, los bancos están en proceso de desarrollar sus propios productos o servicios de asesoramiento automático. Bank of America Merrill Lynch ya cuenta con el suyo al igual que Wells Fargo. En mercados como el español, Open Bank abrió un portafolio para inversiones individuales basados en robo advisors.