Según la BSA-The Software Alliance, en México, alrededor del 49% de las computadoras cuentan con un software ilegal, lo cual genera pérdidas por aproximadamente 760 millones de dólares a la industria.
En Latinoamérica, alrededor de un 52% de las computadoras no tienen un software legal, lo que representa una pérdida de 4,957 mdd. En tanto, en el mundo las pérdidas llegan a los 46,302 mdd, con un 37% de uso de software sin licencia.
De acuerdo también con la BSA-The Software Alliance, uno de los principales problemas que tienen las empresas al no contar con software es la vulnerabilidad ante los ciberataques, pero también pueden enfrentar problemas de pérdida de datos o corrupción de la información.
Entre los factores para que en México prevalezca el uso de software pirata son la desinformación en cuestiones tecnológicas o la evasión intencionada. Pero para hacer frente a dichos factores existen diferentes plataformas basadas en Linux que son desarrolladas por comunidades globales y que, al ser totalmente legales, son utilizadas por empresas, emprendedores y gobiernos en diferentes partes del mundo. El software libre está basado en los siguientes principios, de acuerdo con Richard Stallman, programador estadounidense y fundador del movimiento por el software libre en el mundo:
- Un programa es libre si puede ser ejecutado y usado de todas las formas en que uno quiera, a diferencia de los privativos tienen limitaciones por medio de la licencia de uso o incluidas en el código.
- El código debe permitir el estudio y cambio haciéndose público.
- La copia y distribución debe ser libre.
- El software libre debe permitir la distribución de copias modificadas por un programador, inclusive permitir su venta.
Para darle soporte legal a toda la operación, Richard Stallman escribió lo que se conoce como la Licencia Pública General (o GPL, por General Public License). Una licencia de software es básicamente la autorización que le da el autor al usuario para emplear una copia del programa; todos los programas vienen con una licencia, usualmente conocida como CLUF (Contrato de Licencia para el Usuario Final).
La GPL autoriza no sólo a distribuir libremente copias de los programas, sino que además obliga a incluir el código fuente y fomenta los cambios en este código con el fin de mejorar el software. Por otro lado, sin embargo, preserva el copyright sobre el software, con lo que se evita que un individuo o una compañía se apropien del programa y lo conviertan en lo que se conoce como software propietario. Esto es sin código fuente y con fuertes restricciones en cuanto a la distribución de copias.
En 1991, Linus Torvalds lanzó con base en la GPL la primera versión de Linux , su núcleo de Unix para plataformas Intel x86 (la PC estándar, en otras palabras), y en poco menos de un año se había establecido como el núcleo ideal para el Proyecto GNU.
“No hay pretexto para caer en irregularidades en el uso del software. Hoy en día hay excelentes opciones, soportadas por desarrolladores, por comunidades, por especialistas que, además, debido a la alta calidad y funcionalidad que presentan, están siendo adoptadas por usuarios, empresas, instituciones educativas y gobiernos en todo el mundo. Usar software pirata no es seguro, no es ético y no representa una opción real para incrementar los niveles de productividad y competitividad que requiere el país”, dijo Víctor Ruiz, fundador de Silikn.