La teoría de la evolución llegó a la robótica: la minería está pasando de los robots perros a los androides.
Estos nuevos dispositivos esperan mejorar tanto la seguridad como la productividad en el sector.
Aunque algunos países como Japón, Estados Unidos o Alemania tienen ya algún tiempo utilizando robots en algunos sectores, son relativamente raros en América Latina.
Sin embargo, el sector minero de Chile constituye una excepción y, ahora, se transforma en pionero regional.
¿Por qué? Porque da muestra de la evolución en estos dispositivos: está pasando del uso de los perros robots a los androides.
Llama la atención que, mientras en Japón ésta tecnología se utiliza en logística o acompañamiento de salud, en Latinoamérica está entrando en un sector productivo importante.
“Ahora están saliendo los androides, es decir, un robot más parecido a un ser humano. Eso es lo que se está trabajando ahora en la automatización, porque por sus características es más fácil acceder a ciertas partes que con el perro”, explicó el director de vertical de Minería e Industria de Coasin Logicalis, Claudio Soto.
Refirió también el ejecutivo que, en la práctica, una máquina de cuatro patas puede llegar hasta aproximadamente los 50 centímetros de alto. Y, en el caso de que tenga una cámara anexada, hasta alrededor de los 80 cms.
El androïde, en cambio, alcanza cerca del doble de altura: 1,60 metros.
Esta ea justa la altura en la que están los LEDs y los indicadores que deben leerse, posterior a una explosión.
En plena evolución
El director de Minería de Coasin Logicalis refirió que estos dispositivos, además de tener una configuración humana, estas maquinarias también están incorporando cerebros, gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA).
Soto resalta que, dadas todas estas capacidades, se les está integrando mayor procesamiento.
Por ello, esos androides van a poder generar inteligencias artificiales cada vez más complejas.
Pero la evolución no se limita a erguir a los robots. Soto releva la importancia de los vehículos automatizados.
El ejecutivo destacó que los camiones autónomos se están utilizando en la minería, esencialmente, para las tareas de transporte.
También hay que sumar la alternativa de los troles. Estos dispositivos eléctricos, es decir, no implican un gasto en combustible.
Tal como un camión autónomo, los troles conllevan un ahorro significativo de costos, así como una mejora sustantiva en los estándares de seguridad de las minas.
“Los programas están hechos para que en el caso de perder la conectividad, el vehículo se detenga inmediatamente”, destacó Claudio Soto, director de vertical de Minería e Industria de Coasin Logicalis.
Para el especialista, está característica evita múltiples problemáticas como, por ejemplo, los accidentes en el personal humano.