Para el comercio electrónico los costos por fraude digital incorporan un 90% adicional al precio de la venta por las pérdidas en almacenamiento, logística y empaque de los productos.
De acuerdo con el reporte de impacto del fraude digital en el comercio electrónico de Signifyd, existen variables asociadas al almacenamiento, empaque y logística que se suman al precio base de los artículos perdidos y que pueden incrementar hasta 96% las pérdidas en una venta fraudulenta. Lo que es lo mismo decir: en una venta fraudulenta de 100 dólares, las pérdidas por fraude alcanzan los 196 dólares.
Los expertos de esta plataforma de protección de e-commerce de extremo a extremo, destacan que durante la pandemia, el fraude digital se ha centrado cada vez más en las primeras etapas del proceso de compra, desde la apropiación de cuentas hasta la creación de cuentas nuevas (falsas) y el cambio de tarjetas de crédito vinculadas a cuentas existentes.
Tal y como lo explican, “los defraudadores saben que estas primeras etapas del proceso de pago son más vulnerables que el pago real. Así que ahora, más que nunca, los comercios deben protegerse contra el fraude en el recorrido del cliente de un extremo a otro”.
Tres formas de prevenir fraudes en el comercio electrónico
Los clientes de hoy compran con una variedad de dispositivos, pasando de uno a otro durante el mismo recorrido de compras. No hace falta decir que se enfurecen cuando encuentran barreras que los comercios y las marcas eligen para evitar pedidos fraudulentos. A menudo son los clientes más valiosos, con sus valores de ciclo de vida de alto nivel, los que se enfrentan a inconvenientes como los desafíos de identidad que, al final, solo sirven para alejarlos.
Signifyd tiene una aproximación al control del fraude digital centrado en los datos, donde la relación entre comercio y consumidores se basa en la confianza y no en la sospecha. A continuación, algunas estrategias para solventar estos desafíos:
1. La inteligencia artificial alimentada por datos puede detectar la actividad de los bots y determinar si un pedido es de un cliente legítimo o forma parte de un ataque de fraude digital automatizado. Los ataques de bots crecieron más de 146% en 2020, según los datos de Tendencias de Comercio Electrónico.
Como resultado, algunos comercios han recurrido a soluciones basadas en sospechas, cómo agregar CAPTCHA o crear reglas demasiado conservadoras que rechazan pedidos que parecen ser de gran volumen o alta velocidad.
La tecnología ofrece una solución basada en la confianza: Poniendo en el caso aprendizaje de máquina, máquinas que con un alto grado de precisión pueden detectar las señales que indican un ataque de bots, al tiempo que reconocen las anomalías en los pedidos que muy probablemente son iniciados por humanos.
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El Centro de Decisiones de Signifyd, por ejemplo, detecta y gestiona a los revendedores no autorizados, que a menudo recurren a bots para acaparar el mercado comprando el inventario a un ritmo vertiginoso. Las redes de fraude, por supuesto, al conseguir la mercancía dan la vuelta y venden los artículos a un precio inflado.
2. Comprender la identidad y la intención del consumidor es la clave para generar confianza en línea. Seguro que has oído la frase: “Las contraseñas son cosa del pasado”. Por mucho que algunos deseen que sea así, es probable que las tengamos durante algún tiempo. Dicho esto, las contraseñas suelen ser un eslabón débil en la cadena de seguridad de las transacciones en línea.
Las cuentas de los consumidores son vulnerables a la apropiación de cuentas, en parte porque muchos consumidores tienden a usar las mismas contraseñas en varias cuentas. De hecho, la investigación de mercado de Signifyd encontró que el 54% de los encuestados admitió usar las mismas credenciales en más de una cuenta. Y el 43% dijo que no utilizó más de cuatro contraseñas en todas las cuentas a las que accede.
Todo esto sugiere que las contraseñas ya no son el marcador fiable de la autentificación de la identidad en línea que hemos creído durante mucho tiempo. Un usuario que autentifica con éxito su identidad no es necesariamente el propietario legítimo de la cuenta. Al mismo tiempo, los usuarios que no recuerdan sus nombres de usuario y contraseñas no están proporcionando una indicación precisa del riesgo.
Con el tiempo, la biometría del comportamiento será la nueva contraseña. Ya son una herramienta vital para establecer la identidad en línea: la forma en que un usuario teclea o navega por un sitio son elementos empleados para autenticar la identidad hoy en día.
3. Un enfoque adaptativo de la autenticación del cliente da un giro. El sentido común dice que el esfuerzo necesario para que un cliente autentifique su identidad debería ser proporcional a la cantidad de riesgo que implica su transacción. Pero esto no suele ser así hoy en día. ¿Quiere comprar una camiseta de 17 dólares por Internet? Es posible que se le pida que acceda a una cuenta y, en algunas partes del mundo, en ciertos casos, que autentifique su identidad mediante datos biométricos, como una huella dactilar.
El enfoque de talla única para todos está cambiando, y los comercios innovadores se están dando cuenta de que las barreras altas para todos los interesados no tienen sentido.
Estamos ante un momento de cambio para el mundo de los negocios en línea y la forma de ver el equilibrio entre la experiencia del cliente y la seguridad en línea. Es imperativo que los líderes del comercio electrónico empiecen a replantearse su estrategia de seguridad en línea, cómo se utiliza para prevenir la actividad fraudulenta y cómo estos elementos afectan a la experiencia del comprador. Para el comercio electrónico los costos por fraude digital incorporan un 90% adicional al precio de la venta por las perdidas en almacenamiento, logística y empaque de los productos.
en a replantearse su estrategia de seguridad en línea, cómo se utiliza para prevenir la actividad fraudulenta y cómo esos elementos afectan a la experiencia del comprador.