América Latina puede aprovechar su baja tasa de bancarización de su población para que la economía digital se instale como cultura.
Por Matías Fainbrum
Gerente General de la región Latinoamérica de Ingenico ePayments
Vivimos en una época de creciente libertad y accesibilidad global con una demanda de consumo que impulsa la innovación tecnológica, provocando rápidos cambios de estilo de vida en todo el mundo.
Los cálculos de la industria indican que las tasas de crecimiento de los pagos no monetarios en países desarrollados compensarán el crecimiento menos acelerado de las economías emergentes.
Asimismo, el valor de los pagos no monetarios de todo el mundo tendrá un aumento promedio de 6% por año durante los próximo cuatro años. Entonces, ¿qué significa esto para los comerciantes en línea? Bueno, se calcula que la suma de US$ 900.000 millones estarán disponible durante la próxima década.
Las empresas que puedan migrar del pago en efectivo al pago electrónico, brindar innovadores servicios de valor agregado y atender en forma efectiva a clientes sin cuentas bancarias y sub-bancarizados, podrán beneficiarse de estas oportunidades.
La situación de Latinoamérica
El rápido crecimiento del comercio electrónico ha creado las circunstancias ideales para los pagos no monetarios en nuestra región, de hecho representa el 10% de los volúmenes globales de pagos no monetarios.
Según un informe de eMarketer, las ventas de comercio electrónico en Latinoamérica aumentarán de US$ 57.200 millones en 2016 a US$ 84.750 millones en 2019 (un incremento de 42%).
Solo en México se verá un aumento de 67% que va desde US$ 7.420 millones a US$ 13.270 millones de dólares.
No obstante, se prevé que esta cifra constituirá menos de la mitad de las ventas totales de comercio electrónico de Brasil, lo cual se estima alcanzará los US$ 30.000 millones de dólares para el año 2019.
Actualmente, el gasto en línea de Brasil es similar a la suma del gasto del resto de los países latinoamericanos.
Sin duda, América Latina es una combinación de comportamientos y preferencias de pago con un fuerte énfasis en la condición local tanto de los compradores como de los métodos de pago.
En 2015, las ventas minoristas en línea de Brasil generaron un ingreso de casi US$ 20.000 millones, es decir, el doble de los ingresos conjuntos de México y Argentina.
Con una población creciente de 202 millones de personas, de las cuales 62% son menores de 30 años, las oportunidades de este mercado parecen estar creciendo.
Mobile: una herramienta para la inclusión
El uso intensivo de teléfonos móviles también genera oportunidades en el comercio móvil. Las entidades bancarias han tomado la iniciativa promoviendo la electronificación de los pagos en Latinoamérica a través de plataformas móviles, esquemas de pagos locales e inversiones apuntadas a aumentar la penetración de los puntos de venta.
Asimismo, varios gobiernos regionales promueven en forma activa los pagos electrónicos brindando incentivos tributarios y modificando los marcos normativos.
Estas iniciativas son importantes en una región donde 250 millones de adultos (casi dos tercios de la población) no utilizan servicios financieros formales tales como una cuenta bancaria.
Los números por sí solos no brindan un panorama completo del sector de comercio en línea de Latinoamérica.
La realidad es que el pago en efectivo y con tarjetas de crédito sigue utilizándose con mucha frecuencia a pesar de que dos tercios de la región no tiene una cuenta bancaria y aun menos utiliza métodos de pagos electrónicos. Brasil es la excepción a la adaptación al comercio electrónico de la región, especialmente con respecto al comercio móvil.
Sin embargo, la desaceleración económica de toda la región, incluidos los altos índices de inflación que afectan seriamente a países como Venezuela y Argentina, significan que todavía hay mucho por hacer en la región antes de que se pueda explotar todo el potencial del comercio en línea.
La buena noticia es que los gobiernos latinoamericanos están invirtiendo en el desarrollo de tecnologías no monetarias y se están alejando de la costosa infraestructura asociada con los bancos adquirentes y los métodos de pago tradicionales.
Por el momento, el mercado brasileño es el que más está equipado para el comercio electrónico. Antes de incursionar en América Latina, las empresas en línea deben evaluar los costos y riesgos relacionados con los distintos sistemas bancarios y métodos de pago en toda la región ya que sigue siendo un laberinto de tecnología e infraestructura que requiere conocimientos y visión local.
Pero las oportunidades están para aquellas empresas que decidan involucrarse.
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