Cualquier cambio de paradigma se acompaña por el correspondiente proceso de evangelización, proceso que intenta echar luces de las nuevas tecnologías a implementar para erradicar las incertidumbres y mostrar sus virtudes, tanto presentes como futuras.
El escepticismo siempre se manifestó. Sucedió con el e-banking, el comercio electrónico y hoy hay quienes dudan respecto de la preponderancia que tendrán las redes sociales en la vida diaria –personal pero también profesional- de todos nosotros.
Con la seguridad en la nube, ocurre lo mismo. Hay cierta reticencia aún a comprender que la clave de la seguridad en el 2010 estará ubicada justamente allí. Sin embargo, sabemos que esto no es más que un estadio. Pronto habrá más y más empresas que se sumen a las huestes de la seguridad en la nube. Todo se trata de confiar. A lo largo de los últimos 15 años, nuestra confianza en Internet ha aumentado a ritmo constante, en parte gracias al respaldo de los avances tecnológicos (incluida la seguridad) y la obsesión por el rendimiento. Y ésta no será la excepción.
Las razones por las que creemos que la seguridad del futuro estará en la nube son:
1) Ahorro en costes: Es rentable, de suma importancia en la incierta situación económica actual.
2) Ventaja competitiva: Le permite al cliente enfocarse en su negocio principal y relegar en sus proveedores de confianza parte de la carga que supone la administración de hardware y software instalados dentro del perímetro de la empresa.
3) Mobilidad: No importa dónde este. Sus datos o servicios estarán siempre accesibles.
Claro que el escenario con un indiscutible potencial, también siembra nuevos desafíos. Uno de ellos se relaciona con la falta de control sobre el perímetro de la red. El potencial para la explotación de vulnerabilidades desde servidores alojados en la misma red pertenecientes a múltiples empresas y la necesidad de garantizar la protección de los datos y su integridad en estos entornos de alojamiento compartido es suficiente para mantener en vela a cualquier director. Empieza a preguntarse: ¿Quién tiene los registros? ¿Dónde están mis datos? ¿Como pruebo a los auditores que estos recursos están correctamente protegidos?. Desconocemos los mecanismos de seguridad que están implementados en aquellos que nos proveen los servicios, o si los conocemos, su ejecución parecería estar fuera de nuestro control. Esto requiere una nueva manera de pensar la seguridad. Debemos preparar los datos para poder convivir en este tipo de ambientes también, sin que ello implique necesariamente mayor riesgo del que hoy podemos esperar en cualquier red privada.
Sin dudas todos los anteriores serán los desafíos que este nuevo paradigma traiga consigo. Sin embargo, sabemos que vamos por buen camino. Así lo ratifican los analistas: Gartner predice un crecimiento 10 veces mayor del número de equipos virtuales que se implementarán en los próximos 3 años. Es así cómo la virtualización le brindará el ambiente propicio para generar su propia nube privada y más adelante permitirle que viva fuera de los límites de su control físico. Y tal como un cambio acompaña al otro, ya estamos atentos a generar las próximas innovaciones necesarias para enfrentar los desafíos de seguridad y disfrutar de las ventajas que los servicios en la nube pueden proveernos.
Joel Bo, Gerente de Operaciones de Trend Argentina.