El cloud o la nube está revolucionando el networking en todo el mundo y ello está generando importantes retos para los administradores de TI, acostumbrados a ver, monitorizar y controlar sus redes y sistemas.
El software de gestión de redes y sistemas ha estado siguiendo una dirección generalizada durante años, hasta el punto de que era posible prever cuál sería su siguiente paso de evolución.
Sin embargo, el cloud computing, en esencia, supone una abstracción de los recursos físicos y lógicos. En lugar de tener servidores, software, aplicaciones y almacenamiento dedicados cada uno a determinadas tareas, todos son incluidos en un todo abstracto para el usuario e, incluso, para el administrador de TI.
Ahora, con el cloud computing, en lugar de preocuparse por servidores individuales, éste tiene que centrarse en los servicios que proporciona –como correo electrónico, una aplicación de ventas, etc. Los recursos (servidores, dispositivos de red, almacenamiento, sistemas operativos…) son compartidos por tales servicios.
El software de automatización puede asignar y de asignar recursos según sea necesario. Por ejemplo, puede destinar una máquina virtual con un sistema operativo y una aplicación cuando se requiera y después liberar tales recursos para otro uso. Pero la persona que utiliza tal servicio no sabe cuáles son los recursos subyacentes que está utilizando y que cambian continuamente. Como también ocurre con los administradores de TI, que requieren un nuevo enfoque en sus herramientas de gestión para poder controlar sus entornos con estos niveles de automatización.