El foco puesto por Intel para el desarrollo de su negocio en el segmento de los procesadores para smartphones está enfrentándose a la respuesta de Nvidia, Qualcomm y Samsung, que anuncian mejoras en la velocidad y la eficiencia energética de sus desarrollos en este terreno, manteniendo así la iniciativa.
Intel ha acudió a CES, en Las Vegas, con un nuevo diseño de referencia para smartphones basado en su chip de bajo precio Atom Z2420, que cuenta con el apoyo de firmas como Acer, Lava International o Safaricom, y que supone leve variación sobre el chip Medfield anunciado el pasado año. De hecho, Lenovo acaba de presentar en la cita estadounidense el IdeaPhone K900, con pantalla de 5,5 pulgadas y doble Atom Z2590, conocido como Clover Trail+, sobre la misma plataforma usada por Medfield.
Y es que mientras que Intel anuncia mejoras incrementales en su oferta para smartphones, sus rivales siguen apostando por incrementar prestaciones y eficiencia energética en los suyos. Así, Nvidia ha anunciado el Tegra 4, basado en el último Cortex-A15, así como un chip con módem LTE integrado, de los que no se conoce todavía la fecha de disponibilidad. Por su parte, Qualcomm ha acudido a CES con nuevos procesadores, entre los que destaca el Snapdragon 800, que llega con la promesa de un incremento de velocidad del 75 por ciento frente a los Snapdragon S4 Pro. Mientras, Samsung mostraba ayer su nuevo desarrollo, el Exynos 5 Octa de ocho núcleos, que, sin fecha de presentación definitiva, podría llegar al mercado en la segunda mitad del año.
Algunos analistas estiman que el desarrollo e implementación de procesadores para smartphones de Intel no está siendo todo lo rápido que debería, algo que tendrían que remediar si quieren mejorar su posición en este competido mercado. Pero no todo es malo, dado que su tecnología x86 para smartphones parece que sí está siendo bien recibida por el mercado.
Una nueva esperanza
En palabras de Jack Gold, analista principal de J. Gold Associates, la principal bala de Intel en este campo de batalla es el chip Atom con capacidades LTE integradas.
Por eso, la unidad de comunicaciones inalámbricas de Intel, Infineon, trabaja en un chip que combine el procesador con un módem LTE. Pero Gold destaca que llevan ya varios meses en ello, y sólo la introducción de este chip en el mercado podría poner a Intel en posición de competir de igual a igual con Qualcomm, que ya dispone de un chip Snapdragon S4 con módem LTE integrado.
De hecho, para el citado analista, la razón de que Intel se haya apuntado algún tanto en mercados emergentes es que para ellos no es crucial la integración de las comunicaciones LTE en sus smartphones. Asimismo, señala que la prueba de fuego para Intel llegará más o menos en un año, cuando pueda poner en el mercado un chip con las mismas posibilidades que sus competidores. Esto es lo que llevaría, según Gold, a que los números de Intel en el segmento de los smartphones fueran mejores.
Similar es la opinión de Dean McCarron, analista principal de Mercury Research, que no espera un éxito de Intel en este mercado de la noche a la mañana. Para él, partiendo desde donde se encuentra Intel en este momento, todavía tienen mucho camino por recorrer. Aun así, pese a no tener un chip equiparable a los de otros competidores, Intel se ha apuntado algunos tantos en este mercado, con el respaldo a dispositivos con la etiqueta Intel Inside por parte de compañías como Motorola u Orange.
En todo caso, la cuota de mercado no debería preocupar a Intel todavía, en opinión de McCarron, dado que su objetivo debe ser asentarse en un negocio dominado ahora por la arquitectura ARM, lo que es más fácil de decir que de hacer, porque los jugadores con más peso no se quedan parados y siguen mejorando sus desarrollos, como hemos visto en CES.
La promesa de Intel pasa por desarrollar chips para equipararse a las capacidades de los chips ARM lo más rápido posible. La compañía espera presentar chips Atom de 22 nanómetros para smartphones de gama media y alta, enfrentándose a los ARM que se fabrican en un proceso de 28 nm. A esto podría seguirle la fabricación de procesadores usando procesos de 14 nm el año próximo, lo que podría colocarles, por fin, en una posición de ventaja en cuanto a velocidad y eficiencia frente a las opciones ARM de sus rivales.