El 1 de enero de 2013 el colegio de contadores de chile adoptarán las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS) como única normativa vigente para todas las compañías chilenas. De esta manera se extiende la exigencia que hoy recaía únicamente sobre las compañías reguladas al resto de empresas.
Actualmente, muchas compañías se encuentran en proceso de análisis del impacto contable que tiene la normativa, pero pocas consideran el impacto sobre los procesos y sistemas de información.
En ese sentido algunas de las mayores variaciones sistémicas serán: el establecimiento de una moneda funcional, nuevos procesos de consolidación finanaciera, diferencias en la contabilización de activos fijos, divergencias entre criterios contables y tributarios y mayores requerimientos de información, entre otras cuestiones.
Todos estos cambios no sólo afectarán el área contable de las compañías, sino también sus sistemas informáticos. Por ejemplo, a fin de atender el requerimiento de moneda funcional, se necesitarán sistemas lo suficientemente flexibles para manejar múltiples monedas simultáneamente; y en otros casos se necesitarán nuevos sistemas que resuelvan los requerimientos de consolidación.
Además, será muy relevante el rol de los sistemas para sustentar el concepto del valor justo y deterioro. En lo que respecta a las diferencias contables y tributarias, será indispensable que los sistemas puedan llevar contabilidades paralelas.
Por último, los estados financieros bajo IFRS serán más complejos, , con análisis comparativos, cifras, proyecciones, indicadores, etc., requiriendo del desarrollo de nuevos reportes.
Por ello, no sólo se necesita que el área de contabilidad piense en este cambio, sino también la de sistemas, dado la criticidad del cambio y la complejidad que este cambio supone.
Por Federico Morello, socio de Consultoría en Riesgo y Gestión de Ernst & Young