Por Hernán Rincón
– Presidente, Microsoft Latinoamérica –
Latinoamérica ha dado pasos gigantescos para poder beneficiarse de la era digital. Sin duda alguna, la innovación ha ayudado a alcanzar logros importantes de desarrollo en la región. La tecnología también se ha convertido en un motor de crecimiento en nuestras sociedades y ha ayudado a generar nuevos empleos y oportunidades, soportar el crecimiento económico local y permitir a las empresas incrementar su productividad y competitividad, incluso ayudando a los gobiernos a trabajar con mayor eficiencia y mejorando los servicios para los ciudadanos.
A medida que la tecnología afecte la manera en que la gente, las empresas y los gobiernos interactúan entre sí, necesitaremos enfocarnos en cómo soportar mejor este ambiente de TI dinámico en el futuro. Es en este punto donde los gobiernos desempeñan un papel clave conforme adoptan normas de regulación de la industria de tecnología, lo que finalmente causará un impacto en el propio desarrollo económico del país. La Neutralidad Tecnológica es una política que busca asegurar la imparcialidad regulativa entre los productos que se ofrecen en un mismo mercado usando tecnologías alternativas o modelos de licenciamiento alternativos.
Al igual que los consumidores y las empresas que tienen voz y voto al seleccionar el mejor producto o solución para sus necesidades, también los gobiernos locales y nacionales debieran tenerla. Este poder de elección cobra aun más valor en esta nueva época de re-calibración para las empresas y los gobiernos, en el cual adaptarnos a un nuevo contexto económico no es sólo sobre cortar costos sino también sobre innovar sin perder la visión en las inversiones a largo plazo. Las regiones que se han beneficiado en extremo de la tecnología también han promovido políticas capaces de adaptarse a la realidad del ecosistema de TI diverso y todo lo que éste tiene que ofrecer. Un buen ejemplo es Perú, donde el gobierno adoptó la neutralidad como política de adquisición nacional. En el 2005, adoptó una ley que permite al gobierno elegir el mejor producto del mercado para sus objetivos de trabajo. La ley exige que las agencias del gobierno elaboren un informe público que compare los beneficios de las alternativas e identifique el mejor software para sus necesidades. En la actualidad, Perú aplica con orgullo los principios de transparencia, eficiencia y austeridad tecnológica en sus decisiones de compra de TI.
La aplicación de estos principios de neutralidad tecnológica genera oportunidades y sus beneficios incluyen la capacidad de brindar a todas las compañías la opción de competir por las decisiones de compra del gobierno. Además, permite a las empresas proteger la propiedad intelectual de sus innovaciones, lo que anima a las compañías pequeñas a identificar y aprovechar las principales competencias de las economías locales y, como resultado, atraer inversión de capital para ayudarles a competir en sus respectivas áreas de especialización. En términos generales, la neutralidad tecnológica busca promover la competencia, impulsar la innovación, expandir las opciones para los clientes, reducir los costos y optimizar la interoperabilidad. Esto se ha demostrado en Argentina, donde, en el 2008, la legislación que creó la Agencia de Sistemas de Información de Buenos Aires para organizar y coordinar la infraestructura de TI de la ciudad, incorporó principios de neutralidad tecnológica. Después de conocer el impacto positivo de dicha política en las empresas y las asociaciones locales, la ciudad reafirmó su compromiso con el gobierno electrónico y eliminó las preferencias por un tipo específico de tecnología conforme al principio de neutralidad tecnológica.
Las políticas y prácticas de adquisición creadas con base en un criterio objetivo aplican de manera neutral y equitativa a todos los proveedores y permiten a los gobiernos lograr los mejores resultados, incluyendo la capacidad de recibir el mejor “valor por su dinero” a lo largo de la vida del producto o servicio y obtener la mejor solución para satisfacer sus necesidades. Una nueva era de prosperidad digital en Latinoamérica es posible si se adoptan principios de interoperabilidad y políticas de compra neutrales. Hoy día, los gobiernos están adoptando la neutralidad tecnológica en toda la región, lo cual refleja la tendencia mundial de crear un ambiente positivo para la adquisición de TI. Al hacerlo, promueven las opciones, la competencia y la innovación, además de asegurar la entrega de servicios importantes a los ciudadanos, al tiempo que les ayudan a evitar atarse a un solo proveedor y les permiten utilizar diversas tecnologías que satisfacen sus necesidades y presupuestos. Con suerte, esta tendencia hacia enfoques neutrales y objetivos continuará en los próximos años.
Con información de la Computing Technology Industry Association (COMPTIA)