La melé o el “Scrum”, una de las formaciones típicas del rugby, es una puja frente a frente, de un grupo de cada equipo, que se presentan agachados y agarrados para comenzar a empujar con el fin de obtener el balón que ha sido lanzado en medio de ellos.
Los jugadores de ambos equipos avanzan lentamente en conjunto y van equilibrando sus fuerzas para reaccionar de manera rápida y efectiva en caso de que la jugada presente algún cambio. La figura de esta formación ha servido de inspiración y ejemplo de trabajo en equipo, trascendiendo los límites del rugby y el deporte.
En este sentido, existen proyectos de trabajo de extensa duración, caracterizados por los numerosos cambios que surgen a lo largo de todo el proceso. “Scrum” es una metodología de desarrollo simple y ágil que, a diferencia de otras metodologías conocidas, no se basa en el seguimiento de un plan, sino en la adaptación continua a las circunstancias de la evolución de un proyecto. Es por ello que, ante la presencia de proyectos que dan inicio sin un Alcance Final detallado, o que de antemano se sabe los constantes cambios que el mismo va a sufrir por parte de los involucrados dentro del proyecto, es que esta metodología resulta más práctica y útil al momento de llevar a cabo el seguimiento y control.
Podemos definir a la metodología Scrum como un marco de trabajo para la gestión y desarrollo de proyectos, basado en un proceso iterativo e incremental, utilizado comúnmente en entornos para el desarrollo ágil de software, aunque también suele ser empleado en otro tipo de implementaciones tecnológicas (BPM e integración de sistemas, entre otras).
¿Cuáles son las características más relevantes de esta metodología?
- Es un modo de desarrollo de carácter adaptable más que predictivo.
- Orientado a las personas más que a los procesos.
- Con una estructura de desarrollo ágil: incremental basada en iteraciones y revisiones.
- Revisión de las iteraciones: al finalizar cada iteración (normalmente 15 ó 30 días) se lleva a cabo una revisión con todas las personas implicadas en el proyecto. Este es el periodo máximo que se tarda en reconducir una desviación en el proyecto o en las circunstancias del producto.
- Desarrollo Incremental: al final de cada iteración se dispone de una parte del producto que se puede inspeccionar y evaluar.
- Desarrollo Evolutivo: se toma inestabilidad e incertidumbre como premisas, y se adoptan técnicas de trabajo para permitir esa evolución sin degradar la calidad de los entregables. Se va generando el diseño y producto final de forma evolutiva durante todo el proyecto (no contempla desarrollo por fases).
- Auto-organización: la gestión predictiva confía la responsabilidad de su resolución al gestor de proyectos. En Scrum los equipos son auto-organizados (no auto-dirigidos), con margen de decisión suficiente para tomar las decisiones que consideren oportunas.
La metodología Scrum es muy utilizada en Europa y Estados Unidos, aunque lentamente va adoptando seguidores en nuestra región. Su correcta utilización estimula el espíritu colaborativo y el trabajo en equipo, dos aspectos cada vez más valorados en la gestión de proyectos en las empresas.
Por Marcelo Lordi, director de ExiNegocios