La forma de llegar a sus potenciales clientes y a sus clientes precisa cada vez más de una buena utilización de los canales de contacto que nos brinda internet.
Una de las cosas que siempre uno quiere hacer es “branding”, es decir posicionar la marca, para que sea distinguida entre tantos otros oferentes de los productos o servicios que brindamos. ¿Qué hacíamos históricamente para protegernos antes de comenzar todos los gastos que comprenden poner en movimiento cualquier tipo de campaña? : registrar la marca.
En el mundo del ciberespacio el asunto funciona más o menos igual desde la lógica de lo que queremos, posicionar la marca, pero para cualquier buena campaña de SEO (Search engine optimization) que es un proceso que mejora la “visibilidad” de su página web, tenemos que contar con el requisito básico: nuestro nombre de dominio. Es verdad que también lo podemos hacer aunque no tengamos disponible para nosotros nuestra marca como nombre de dominio. ¿Por qué puede suceder esto?, porque existen los cibersokupas que registraron nuestra marca como nombre de dominio, pero mucho mejor si tenemos nuestro nombre de dominio = marca.
Pero los nombres de dominio no solo son su marca en internet, son la puerta de entrada a su empresa, que ahora la puede mostrar a millones de personas a través de los contenidos de sus páginas web. Si el nombre de dominio sobre el cual está su página web, no es su marca, quien lo busque por la misma puede suceder que desemboquen en contenidos que pueden ser inconvenientes, ya sea detractores, competencia o simplemente otra empresa que utiliza su marca como nombre de dominio sin saberlo.
Las empresas comenzaron con sus sitios web a apelar directamente a usuarios y consumidores hace alrededor de 10 años, claro que en este recorrido ha habido muchos fracasos, no siempre se es exitoso, sobre todo porque aún estamos aprendiendo cómo el consumidor se relaciona con este medio.
También puede suceder otro tipo de situación, pongamos por ejemplo: los importadores y distribuidores de tecnologías que utilizan varias empresas de una determinada industria, donde el cliente se maneje más por la marca de esa tecnología que por el nombre de la empresa prestadora del servicio. Esto quiere decir que el cliente busca un servicio que presta una tecnología de marca reconocida y busca por google donde puede obtener dicho servicio, oh sorpresa!!! Una de las empresas que tiene estas tecnologías registró todos los nombres de dominio de dichas tecnologías, ergo el potencial cliente les consulta primero a ellos.
Como estos temas aún no están bien regulados por ser muy nuevos, nos llevará un tiempo que ese nombre de dominio pase a manos del distribuidor o de la empresa matriz, esté en EE.UU., Israel o Alemania por decir algunos países proveedores. Y esto sucede muy a menudo en ciertas industrias. Cabe aclarar que estamos hablando del nombre de dominio territorial .com.ar, los genéricos .com .net etc., ya los tienen las empresas del exterior registrados.
Como se puede apreciar el nombre de dominio es más que una marca en internet, es también un canal de ventas, una puerta de entrada a nuestra empresa y todo los que podamos decir en función de cuán intensiva sea nuestra utilización de internet. Hoy los futuros clientes en su “viaje” a la decisión de compra se relacionan con diferentes tipos de medios en cada etapa de ese camino. Además existen aplicaciones sobre dispositivos como el iPhone por ejemplo, que producen herramientas que dan información muy útil, y todo a través de un teléfono móvil.
¿Por dónde empezar?
Ya sabemos que en muchos países de Latinoamérica los problemas impositivos, legales, conflictos sindicales etc. se llevan nuestra atención y tiempo, pero cuando estudie su estrategia comercial no deje dedicarle un tiempo a esto.