El arte es una particularidad del hombre y el artista se manifiesta de forma práctica para exponer la divinidad del ser humano, en Fiction City vivimos el arte como un estado que muestra la génesis de la creación, en cierta forma somos la verdadera máquina de Dios, por que participamos de la creación del artista, difundiendo su contenido y estableciendo un vínculo entre quienes crean arte y quienes lo consumen, sin colocar interpretaciones antojadizas que desvirtúen la pureza de la expresión.Afirma Silvio Pestri Farina CEO de Fiction City en la presentación en sociedad de la empresa en el lujoso Hotel Faena de Buenos Aires.
Durante la historia de la humanidad -como especie- hemos creado un paralelo indisoluble entre el arte y el conocimiento, y a medida que el conocimiento crecía el arte reverdecía como expresión de la evolución de la especie, siendo los testimonios artísticos que cambiaron épocas, aquellos que fueron capaces de interpretar a la innovación como una cualidad diferencial y en lugar de ofrecer resistencia, abrazaron al cambio como un acelerador que llevo al arte a un estadio superior, sin dudas Leonardo Da Vinci fue el caso más claro al respecto.
A medida que nuestra especie creció en conocimiento, la complejidad gano terreno y quienes sustentaban el monopolio del arte lucraron para hacer del arte un gran negocio.
La industria discográfica fue un claro ejemplo, discrecionalmente seleccionaba artistas y los presentaba al público, una opción reducida de expresiones que luchaban por ver la luz.
Las discográficas -por ejemplo- no tuvieron en cuenta la afirmación de que “La naturaleza se abre paso irremediablemente”, como decía el profesor Ian Malcolm en Jurasic Park.
Pero esta afirmación propia de las leyes evolutivas aplica a todas las ramas del arte, la tecnología fue un verdadero acelerador en la sociedad y desde Fiction City junto a Claro capitalizamos esta visión lanzando el concurso de bandas 3.0.-
Damos ubicuidad y trazabilidad al arte y lo hacemos llegar a la gran masa que es la que decide.
Vivimos en una nueva economía, no entender como “late” el negocio del arte hoy en día, es el peor de los pecados, su Majestad “el público” decide que le gusta y es quien detenta el poder.
Como decía antes, junto a Claro hemos arrancado la máquina de Dios, estamos jugando a crear nuevas estrellas de la gente.
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