“Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?”
Así pronuncia una de sus tantas frases celebres. Su ser ha transcendido las barreras del espíritu y del conocimiento, en ese margen finito que separa el atreverse con la genialidad. Nos ha dejado una enseñanza de vida, de humildad como solo los Grandes saben expresar, la certeza de que la voluntad y el no rendirse, hacen posible hasta los sueños mas inimaginables.
Su pérdida conmueve no solo a la industria tecnológica sino a todos los que de una u otra forma hacen uso de la misma.
Sin duda vamos a extrañarlo y lo recordaremos siempre, en todo lo que nos dejó; como el ícono motivador para aventurarnos en la innovación y una respuesta alentadora, a la simple y compleja pregunta de “¿Y por qué no?” .