La Banca Abierta u “Open Banking” será la tendencia de 2018 y de los próximos años a criterio de Oriol Ros, CMO de Latinia. El potencial transformador de esta tendencia dependerá de los aval regulatorio en cada país de la región.
Para Latinia, fabricante de software de notificaciones financieras multicanal, este año será la antesala al despegue de la banca abierta o el “Open Banking”. ¿Pero esto qué significa en términos de modelos para la industria bancaria en América Latina?
Oriol Ros, Director de Marketing de Latinia, define que la trasformación en ciernes supondría “dejar atrás un tipo de banco con el que todos hemos crecido para abrir un nuevo escenario donde más que bancos, en el mercado habrá proveedores de servicios financieros y plataformas financieras. Tanto bancos como fintechs trabajarán de forma conjunta y si saben aprovecharlo esto supondrá una fabulosa ventaja competitiva”.
Al tiempo el experto de Latinia aclara que, “para lograr el avance de la Banca Abierta (Open Banking) será necesario que en toda Latinoamérica se revisen temas regulatorios. En este sentido el mercado de la región que más interés está mostrando en querer rehacer ciertas reglas del juego es México. Por su parte, Europa lleva la delantera, donde ya pueden verse en estudio algunas propuestas al respecto”.
Open Banking: expansión de servicios
A corto plazo veremos lo que nos parecerá una simple extensión, un aumento de proveedores ofreciendo servicios financieros muy similares, pero la transformación irá mucho más allá. La industria financiera formará una suerte de Marketplace donde la auténtica moneda de cambio serán los datos. Las entidades operarán como plataformas, competirán por aportar el máximo valor a cambio del máximo número de datos que el cliente quiera proporcionarle. Todo lo que estimule una mejora en la experiencia del cliente, que reduzca la fricción en la interacción, será recibida con los brazos abiertos.
De acuerdo con investigaciones de Latinia la Banca Abierta redefinirá modelos de negocio, pero sobretodo ayudará a las instituciones financieras a dotarse de un nuevo ecosistema que les permitirá mejorar la experiencia del cliente, terreno clave para poder hacerle frente a los grandes jugadores tecnológicos que quieren ser parte de este mercado, como Facebook o Amazon, por ejemplo, auténticos expertos en todo lo que rodea al cliente.
La Banca Abierta supone un paso atrevido o arriesgado a simple vista para las instituciones, ya que implica compartir datos de sus clientes con otras instituciones, por lo que es entendible que haya entidades reacias al cambio, ya sea por temas de seguridad o de protección de datos de sus clientes.
Para Ros, existe una resistencia natural porque para muchos bancos la posesión de los datos de sus clientes es su tesoro más preciado. “La relación con el cliente es lo que temen esté en juego, sin embargo, es precisamente esta mejoría lo que los mismos clientes están pidiendo, así que tarde o temprano, las entidades financieras se irán sumando a esta realidad digital de la banca abierta”, finalizó el Director de Marketing de Latinia