La oficina con cinco generaciones activas ha durado más de lo esperado, lo cual ha obligado a entender la comunicación transgeneracional: causas y efectos.
Por fortuna, estudiar las relaciones cotidianas ha permitido, también, comprender la complejidad de esta dinámica, en los distintos espacios de interacción.
La oficina actual, híbrida y deslocalizada, está lejos de lo que conocíamos como la oficina moderna. De hecho, el homework, entre otras cosas, está re-escribiendo los libros.
Lo ciertos es que los estudios de comportamiento organizacional no alcanza el centenarios. Aún así, les llevó algunas décadas darse cuenta que las personas no dejamos de ser (totalmente) quienes somos cuando llegamos a la oficina.
Más recientemente, la consolidación de las redes sociales como un espacio público ha permitido eliminar algunas de las sorpresas, generalmente desagradables, de antaño.
Y es que nunca faltó él o la compañera taciturna que se transformaba en otra persona al ser despedida o, peor, en la fiesta de fin de año.
Todos los departamentos de Talento de la actualidad tienen, entre sus tareas rutinarias, el mirar las redes sociales del personal o postulantes para asegurarse que la reputación de la empresa no estará en entredicho por un descuido de selección o supervisión.
¿Conducta invasiva? Tal vez. Pero no por ello innecesaria ya que, lamentablemente, la reputación de las empresas se afectan por el comportamiento de sus empleados. Dentro y fuera de la organización.
Tales realidades nos obligan a internalizar que debemos instruir a nuestros jóvenes sobre la etiqueta más conveniente para llevar sus redes sociales.
De esta manera, los momentos de disfrute que comparten en sus medios sociales no podrán, en el futuro, ser usados en su contra.
¿Están conscientes los padres y primeros jefes de esta responsabilidad pedagógica con los jóvenes?
El reporte Messanging Trend 2025 de Infobip indica que esto depende mucho de la generación a la que pertenezca. Como tantas otras cosas.
“Reconocer los matices generacionales en la comunicación digital permite no solo conversar, sino construir vínculos más sólidos y experiencias memorables”, destaca como hallazgo y recomendación el informe Messanging Trend 2025 de Infobip sobre comunicación transgeneracional.
Comunicación transgeneracional en acción
El estudio de Infobip se basó en más de 530.000 millones de interacciones digitales globales domésticas que constituyen comunicación transgeneracional.
A propósito de la efemérides propia del mes de junio, Infobip analizó cómo los padres en la región se conectan, responden y construyen diálogos según el año en que nacieron.
¿Resultados? Un primer hallazgo resaltante es que WhatsApp se consolida como canal dominante: la app de Meta muestra un crecimiento del 111% en América Latina, nada mas en el último año.
Mas importante que este dato, sin embargo, encontramos un hallazgo que resulta clave para jefes y reclutadores: no todos los padres lo usan igual.
Aunque tal descubrimiento podría parecer evidente, las diferencias en la comunicación transgeneracional son tan notables que deben tenerse como insumo gerencial.
“La generación de los padres condiciona no solo el canal, sino la forma de comunicarse: cómo escuchan, cómo responden, qué esperan y qué valoran en cada diálogo”, puntualiza el informe Messanging Trend 2025 de Infobip.
Efectivamente, el informe detectó patrones generacionales que moldean el uso de canales como WhatsApp, RCS, correo electrónico, llamadas de voz y SMS, entre otros.
Precisamente las diferencias de la comunicación transgeneracional es lo que determina que WhatsApp es el epicentro de la conversación doméstica. Aunque su crecimiento lo coloca como el epicentro de la interacción familiar.
Pero no para todos por igual. Su uso y las expectativas que genera varían considerablemente según la generación de los padres:
- Para algunos es herramienta funcional, para otros vínculo emocional.
- El canal es común, pero el estilo de conversación, el tono y la profundidad cambian sustancialmente.
Tendencias frontales a transversales
Como tendencia transversal pero contundente hay que destacar que más del 90% de los usuarios latinoamericanos están activos en WhatsApp.
¿Dónde está lo transversal? En lo que nos dice del dispositivo: el celular ha dejado de ser solo un dispositivo para convertirse en un espacio donde se gestiona la vida familiar, financiera y emocional.
En todo caso, más que tecnología, lo que transforma la relación entre padres e hijos es cómo se usa: con qué lenguaje, en qué momento y en qué canal.
Esto es relevante en la oficina multigeneracional porque nos indica diferencias que pueden ocasionar (o evitar) malos entendidos.
La penetración de plataformas como WhatsApp, que ya alcanza a más del 90% de los usuarios móviles latinoamericanos, convierte al canal en una pieza básica del ecosistema de comunicación familiar.
Sin embargo, el verdadero diferencial no está en la tecnología, sino en cómo se adapta el mensaje al perfil generacional del destinatario.
Para marcas, instituciones educativas o empresas que buscan conectar, este hallazgo redefine las reglas: entender la preferencia generacional en tono, formato y velocidad permite construir mensajes más eficaces, empáticos y duraderos.
Veamos lo que nos indica el estudio de Infobip de la comunicación transgeneracional, generación a generación.
1.- Baby Boomers (1946–1964): comunicación respetuosa y canales tradicionales
Los padres nacidos entre 1946 y 1964 siguen privilegiando correo electrónico y llamadas de voz para temas relevantes.
Aunque han adoptado WhatsApp, lo utilizan principalmente para intercambios informales.
Valoran la formalidad, claridad y respeto en el tono, y son más reticentes a aceptar canales con alto nivel de informalidad o automatización.
2.- Generación X (1965–1980): equilibrio entre lo digital y lo humano
Los padres Gen X se ubican en el centro de la transición tecnológica. Manejan WhatsApp para gestiones cotidianas pero prefieren la voz humana en situaciones que requieren empatía.
Se sienten cómodos con chatbots eficientes, siempre que exista la opción de escalar la conversación a un agente humano.
Prefieren mensajes breves y directos, evitan el uso de stickers y emojis, y valoran la eficiencia sin perder contexto.
3.- Millennials (1981–1996): fluidez multicanal y expectativa de inmediatez
Esta generación, nativa digital, espera interacciones rápidas, contextualizadas y personalizadas. Prefieren notificaciones push, mensajes móviles y canales como WhatsApp o apps de e-commerce.
Utilizan emojis con moderación y recurren a audios largos para explicar temas complejos. Rechazan repetir información ya proporcionada y valoran que el canal de comunicación se adapte a su estilo de vida nómada y móvil.
4.- Generación Z (1997–2004): lenguaje visual y autenticidad como norma
Los primeros padres Gen Z usan formas de comunicación que privilegian lo visual, espontáneo y directo: stickers, GIFs, videos cortos y emojis.
Rehúyen los mensajes estructurados y buscan una comunicación más informal y honesta. No obstante, cuando se trata de temas importantes, prefieren espacios uno a uno donde puedan profundizar, incluso si el canal es digital.