El futuro digital del sector bancario puede ser tan vanguardista como disruptivo, gracias a la inteligencia financiera.
En América Latina, el sector se ha mantenido en la vanguardia de la adopción de las tecnologías más disruptivas.
Por: Carlos Estay | Senior Specialist Solution Architect en Red Hat
A lo largo de los años, las instituciones financieras han mantenido un constante ritmo de digitalización, incorporando tecnologías como APIs, computación en la nube, Internet de las Cosas (IoT) y Blockchain.
Todas ellas han transformado radicalmente las operaciones bancarias. Esta adopción tecnológica no solo ha permitido optimizar procesos internos. También ha revolucionado la experiencia del cliente mediante servicios cada vez más ágiles y personalizados.
Sin embargo, actualmente la Inteligencia Artificial (IA) promete redefinir los paradigmas establecidos y abrir horizontes inexplorados en el universo financiero.
Ahora bien, la IA está revolucionando cada aspecto de la industria financiera gracias a:
- Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos rápidamente
- Identificar patrones
- Y realizar predicciones.
Las instituciones que han sabido integrarla están generando insights de valor que permiten tomar decisiones estratégicas basadas en evidencia sólida y en tiempo real.
Gobernanza y ciberseguridad
Simultáneamente, los sistemas inteligentes están elevando exponencialmente la gestión de riesgos, anticipando amenazas potenciales y adaptándose con agilidad a mercados volátiles.
Asimismo, la Inteligencia Artificial (IA) es capaz de reducir los costos operativos mediante la automatización inteligente de procesos que, anteriormente, requerían intervención humana. Ello libera recursos que, ahora, pueden destinarse a innovación y creación de valor.
Sin embargo, la verdadera transformación no puede limitarse solo a su adopción. Se requiere un enfoque holístico, basado en marcos metodológicos sólidos, que fomenten la mejora continua.
Por ello, la creación de comunidades colaborativas es un pilar fundamental para catalizar el cambio cultural en la integración efectiva de la IA.
El éxito sostenible radica en establecer estructuras de trabajo que no solo faciliten la cooperación entre equipos.
Se requiere, además, que dichas estructuras garanticen que el conocimiento especializado no quede encapsulado en silos individuales sino que circule libremente, enriqueciendo a toda la organización.
Organizar para crear y mejorar
Como ejemplo de este enfoque colaborativo tenemos el Open Banking, el cual estandariza protocolos y prácticas.
¿Resultado? Ha logrado crear ecosistemas de interconectividad entre distintas entidades bancarias. Esto permite un flujo de información y servicios que potencia la creación de valor para los usuarios finales.
Mirando hacia el futuro del sector financiero, las barreras geográficas y monetarias se diluyen, progresivamente, hasta volverse prácticamente imperceptibles para el usuario final.
La evolución natural de estas tecnologías apunta hacia un ecosistema donde tanto realizar transacciones internacionales como operar en múltiples divisas será tan fluido y natural como utilizar la moneda local.
En este sentido, es razonable proyectar que, en un corto plazo, presenciaremos una digitalización bancaria radicalmente evolucionada y una interconectividad entre instituciones financieras sin precedentes.
Tal cambio permitirá a los usuarios gestionar diversas monedas desde una única cuenta, con la misma facilidad con que hoy manejamos nuestras finanzas domésticas.
La inteligencia financiera es más que IA
Mas allá de estas tendencias, el verdadero potencial transformador de la Inteligencia Artificial (IA) en el sector financiero no se materializará plenamente hasta que logremos su auténtica democratización dentro de las instituciones.
Por ello, es importante llevar estas herramientas al alcance de colaboradores que, aunque no sean expertos en IA, poseen un invaluable conocimiento del negocio.
El futuro más prometedor se construye cuando facilitamos que cada integrante de la organización no solo utilice conscientemente estas tecnologías, sino que también participe activamente en su evolución y mejora continua.
Debemos aspirar a un escenario donde profesionales de todas las áreas – desde analistas de riesgo hasta asesores financieros – contribuyan significativamente al entrenamiento y refinamiento de los modelos de IA para transformar los, efectivamente en Inteligencia Financiera (IF).
Esta visión inclusiva no sólo enriquecerá la calidad de las soluciones implementadas, sino que creará una cultura organizacional innovadora donde la IA actúe como catalizador del talento humano.