Se estima que en 2024, las ciudades inteligentes generarán 1.300 millones de conexiones a Internet
Más allá del reto de infraestructura que esto supone, hay que evaluar lo que supone en cuanto a la ciberseguridad.
Es una bonita cifra: 1.300 millones de conexiones de Internet para 2024. Y esto es sólo en ciudades inteligentes.
Tal proyección indica que la conectividad en 2023 se está preparando para dar grandes saltos en algunos lugares del planeta.
No tiene por qué sorprender. Vivir en smart cities es un reto que se viene trabajando desde hace décadas. Las ciudades inteligentes son un objetivo aspiracional de desarrollo.
Tan aspiracionales resultan que no todos entendemos lo mismo cuando se habla de ciudades inteligentes. En general, así se define a las que utilizan tecnología de datos para:
- Mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos
- Optimizar la gestión de recursos y servicios
- Así como reducir su impacto ambiental
Por supuesto, para alcanzar este estadio superior del urbanismo y uso del espacio (público, físico y digital), es necesario acometer la transformación profunda de la infraestructura de redes de comunicación.
Juan Pablo Borray, gerente de desarrollo de negocios para Panduit Latinoamérica, enfatiza que una ciudad inteligente va más allá de – simplemente – integrar tecnología.
Vivir en el futuro
Como señala Borray, lograr la condición de Smart City implica utilizar la tecnología en aspectos sociales como el acceso a:
- La educación
- El transporte
- La salud
- El turismo
- Y los servicios públicos
Según el ejecutivo de Panduit, lograr este objetivo requiere contar con una red confiable y eficiente.
Tal red permitirá recopilar y analizar datos relevantes, con herramientas para transportar, filtrar y analizar la información generada por una ciudad inteligente.
Por su parte, Check Point Software Technologies enfatiza que las smart cities se enfrentan a retos únicos en materia de ciberseguridad.
La enorme cantidad de datos que se intercambian a través de estas redes requiere una estrategia de protección rigurosa.
Algunos de los principales retos son:
1.- Controlar todos los dispositivos conectados
Una multitud de aparatos IoT que controlan todo podrían estar conectados a una red en cualquier momento:
- Desde CCTV y gestión de semáforos
- Hasta datos personales y financieros de empresas
En teoría esto suena ideal para una comunicación y gestión sin fisuras.
Pero, en la práctica, ofrece a los ciberdelincuentes miles de posibles puntos de entrada para lanzar un ataque.
2.- Proteger cada operación de la infraestructura
La automatización aporta muchos beneficios a todo tipo de operaciones para las ciudades inteligentes, reduciendo la necesidad de control humano directo sobre dichos sistemas.
El aumento de sensores implica más conexiones que supervisar y gestionar.
Estas podrían verse como más objetivos a comprometer a través de vulnerabilidades.
3.- Mejorar la protección de datos
Los datos están en el corazón de cualquier ciudad inteligente y son fundamentales para llevar a cabo las operaciones diarias.
Sin embargo, muchas carecen de los procesos adecuados para garantizar que esta información se gestiona de forma segura.
Si una base de datos no se controla correctamente, puede resultar fácil para los ciberdelincuentes atacarla y ponerla en peligro, con la consiguiente filtración o robo de datos confidenciales.
4.- Conocer los riesgos de la cadena de suministro de las TIC y de los proveedores
Esto fue particularmente evidente durante la reciente vulnerabilidad de ‘zero-day’ encontrada en el software de transferencia de archivos MOVEit, que posteriormente fue explotada como parte de un ataque de ransomware a gran escala.
Los atacantes siguen centrándose en los eslabones más débiles y, por lo tanto, atacar los sistemas de infraestructuras inteligentes está destinado a ser un objetivo lucrativo.
Para combatirlo, es fundamental que se adopten prácticas seguras por diseño y por defecto.
5.- Contar con la última tecnología
Muchas ciudades tienen infraestructuras y redes construidas con tecnología obsoleta, lo que las hace susceptibles de sufrir ciberataques.
Garantizar que los sistemas estén al día con las últimas actualizaciones de software y parches de seguridad es primordial.
Este aspecto es fundamental para el éxito de cualquier ciudad inteligente: disponer de sistemas resistentes debe ser una prioridad.
6.- Incrementar el grado de la seguridad
Vinculado directamente a la tecnología obsoleta, contar con protocolos de seguridad ineficaces expone a las ciudades inteligentes a sufrir numerosas amenazas maliciosas.
Esto deja a los ciudadanos y a las organizaciones a merced de:
- Filtraciones de datos
- Robos de identidad y
- Y pérdida de información sensible
Proteger la infraestructura existente con medidas de seguridad sólidas podría evitar una brecha potencialmente desastrosa.