El Informe más reciente de CPR señala que el 58% de los gobiernos se enfrentan a ataques de ransomware.
El monto promedio del rescate que están demandando es de US$ 2 millones.
Que la unidad de Inteligencia de Amenazas de Check Point Software Technologies revele que los gobiernos del mundo están bajo ataque con miras a la extorsión no puede calificarse con algo inesperado.
Lo que puede sorprender, en realidad, es que las bandas de ransomware hayan demorado tanto en darse cuenta de que la “joya de la corona” es y siempre han sido los gobiernos.
Y, sin duda, resulta asombroso que los gobiernos en América Latina no hayan anticipado este hecho natural.
El resultado de esta imprevusión resulta muy preocupante: el sector gubernamental recibe 1.564 ataques por semana, una cifra que se ha incrementado un 20% con respecto al año pasado.
De hecho, se prevé que las ciberamenazas y ataques a las infraestructuras críticas crezcan durante este año hasta alcanzar la misma escala de impacto en la sociedad que:
- La crisis actual de la energía
- El costo de la vida
- O la escasez del suministro de alimentos.
No exageramos: el Foro Económico Mundial identificó el peligro de este entrelazamiento de tecnología y servicios gubernamentales en su informe Riesgos Globales de 2023.
Alerta planetaria
Cabe destacar que la “buena” noticia de estos reportes es que las cifras globales.
No obstante, al ser nuestra región de las más atacadas del mundo, buena parte de dichos secuestros de datos ocurren en América Latina.
No hace falta recordar el alto volumen de información confidencial que manejan los gobiernos.
Además, hablamos de información crucial qué abarca desde antecedentes penales hasta comunicaciones privadas e información de contacto de los ciudadanos.
Cada uno de estos documentos representa oportunidades muy lucrativas para los ciberdelincuentes:
- La información de contacto puede ayudar a ejecutar campañas de phishing muy específicas
- Mientras que las vulnerabilidades de brechas de datos son una gran puerta de entrada
De allí que los ataques a instancias gubernamentales deben ser vistos como la “avanzada” de otros muchos subsiguientes.
Es un negocio redondo: primero les pagan por devolver el acceso a la información cuando ya ellos pueden den usarla para hacer ataques sobre esta base de datos.
La importancia de estos datos y sistemas para los ciudadanos de a pie también da peso a los ataques de ransomware y hacen de las bandas que los ejecutan los enemigos públicos No. 1.
Hacktivismo y ransomware
Si ya todas estas noticias no fueran bastante preocupantes para ciudadanos y empresas, el factor gobierno tiene una arista adicional que complica las cosas.
Sí. Pensó bien: nos referimos, precisamente, al factor ideológico.
Y este elemento conviene no dejarlo a la ligera pues introducir al “terrorismo” en la lógica del ransomware plantea un escenario bastante grave.
Al respecto, la unidad de Inteligencia de Amenazas de Check Point Research – o CPR – recordó las campañas de hacktivismo suelen estar dirigidas a causar la máxima interrupción y repercusión mediática.
Los principales objetivos se centran en las infraestructuras críticas de instituciones financieras, edificios gubernamentales o proveedores de energía.
Por todo ello, CPR asegura que la ciberseguridad gubernamental requiere una modernización en dos campos: estrategia y solución.
Como prioridad, recomienda que el equilibrio de responsabilidades debe cambiar, ofreciendo a los particulares y las empresas la posibilidad de recurrir a organizaciones especializadas que puedan ayudarles a reducir los riesgos digitales.