Ya son algunos lustros en que se anticipa que los datos marcarán la vida urbanas. ¿Está la tecnología listas para hacer a nuestras ciudades inteligentes?
Nadie puede negar la gravedad o el impacto de Covid-19 en nuestras vidas.
Por fortuna, parece que su impacto no ha sido suficiente para revisar el pronóstico a futuro del crecimiento de la población o las ciudades.
Así y hasta nuevo aviso, las cifras de Naciones Unidas, para 2030 vivirán 630 millones de personas en 43 megaciudades.
En esta lista encontramos a Ciudad de México y San Pablo como parte del Top 10, cada una con 22 millones de habitantes aproximadamente.
Del mismo modo, se espera que los datos sean el combustible esencial que impulse los servicios y sistemas de estos lugares y mejore la vida de las personas que vivan y trabajen allí.
No obstante, antes de que podamos pensar en ciudades inteligentes de verdad verdad, gobiernos y prestadores de servicios tienen que resolver el problema de la confianza:
- Una investigación de PwC encontró que, en términos del sector privado, sólo el 21% de los consumidores dicen que tienen una mayor confianza en el uso de sus datos por parte de las empresas.
- Por su parte, una encuesta reciente realizada por la Comisión Europea reveló que los ciudadanos de ese continente tienen muy poca confianza en los gobiernos para administrar sus datos de manera responsable.
El valor de los datos
Estas cifras son preocupantes: a medida que más y más personas se trasladen a las ciudades, los datos serán el elemento vital de las mismas.
Los datos ya eran considerados esenciales para el desarrollo de las ciudades inteligentes en el futuro, pero lo son aún más a raíz de la pandemia mundial.
La Liga Nacional de Ciudades encuestó recientemente a más de 900 ciudades de Estados Unidos, y descubrió que:
- Las ciudades promedio de este país tuvieron una reducción del 21% en los ingresos fiscales
- También tuvieron un aumento del 17% en los costos debido a la pandemia.
Las TIC pueden ayudar a reducir costos y mejorar las prestaciones que se ofrecen. El uso de un enfoque basado en datos será vital para ofrecer servicios de la manera más rentable.
En un webinar reciente de Orange Silicon Valley se analizó cómo el uso responsable de los datos y la tecnología dará forma al futuro de las ciudades inteligentes y destacó en tres premisas centrales:
- El COVID-19 tendrá un efecto duradero en la vida humana
- La aceleración digital será el núcleo de este efecto duradero
- Los datos estarán en el centro de esa aceleración digital
Gobernanza de datos para smart cities
En vista de que los datos son el combustible con el que funcionan las ciudades inteligentes modernas, es importante establecer cómo y por qué se gestionan:
- ¿Quién decide qué hacer con todos los datos de la ciudad?
- ¿Cómo pueden las ciudades garantizar un uso justo y que la discriminación o la exclusión no provengan de su uso?
- ¿Cómo se garantiza la privacidad de los ciudadanos?
No son preguntas triviales. Ya en la actualidad los datos recopilados a través de IoT y otras fuentes jugarán un papel clave en la construcción de la infraestructura de las megaciudades de 2030.
De hecho, éstas ya tienen estrategias de transporte masivo en marcha basadas en datos de movimiento de pasajeros en un nivel básico de infraestructura.
Más allá de eso, las iniciativas a futuro incorporan:
- Líneas eléctricas
- Carreteras
- Sistemas de agua
- Monitoreo ambiental
- Gestión del flujo de tráfico
- Estacionamiento y mucho más…
Por supuesto, todo esto y más basado en datos.
Como resultado, existe un gran debate sobre quién decide el camino a seguir y cómo se gestiona.
Como comentó Will Barkis de Orange Silicon Valley: “Desde un punto de vista ético, debemos administrar las implicaciones de un todo inteligente. Economía, infraestructura, cambio climático. ¿Cómo nos aseguramos de que los beneficios de la tecnología smart superen los aspectos negativos? »
Ciudades inteligentes = Gestión compartida
Barkis destaca que hay acciones que los gobiernos pueden tomar para impulsar el uso responsable de los datos.
Un marco regulatorio es esencial, y algunas recomendaciones que los administradores de ciudades inteligentes pueden implementar incluyen:
1. Formulación de políticas
Es necesario comenzar por construir un consenso en torno a principios éticos sólidos que den paso a la formulación de políticas de la ciudad.
2. Capacitación
Es importante trabajar con el personal de la ciudad, tanto en el sector público como en el privado, para impulsar la educación sobre los beneficios y riesgos de las tecnologías inteligentes centradas en datos.
3. Co-innovación
El ejecutivo de Orange recomienda también fomentar aportes y conocimientos de diversos actores involucrados, incluyendo empresas especializadas u otros gobiernos municipales.
4. Comunicación
Para generar confianza en todo el proceso Barkis señala la necesidad de articular los beneficios de la privacidad y la ética digital a las partes interesadas de la ciudad de manera clara y comprensible.
5. Consulta pública / privada
Todos estos factores demandan de los liderazgos públicos y privados dedicar tiempo y recursos para involucrar a la población.
Es importante entender la opinión pública sobre temas controvertidos como las tecnologías de vigilancia, por ejemplo.
6. Participación
Identificar oportunidades en las que los ciudadanos puedan participar e influir en los proyectos de recopilación y análisis de datos.