Tenemos un ex presidente (en Argentina) que solía decir estamos mal pero vamos bien, quizás el título de este artículo es todo lo contrario ESTAMOS BIEN PERO VAMOS MAL.
Hay muchas historias de éxitos y fracasos en empresas de todo tamaño, de las grandes, las muy grandes es más difícil desde el llano enterarnos de todos los fracasos de productos o proyectos, salvo una catástrofe, solo nos enteramos de los éxitos. Pero tienen muchos fracasos, que superan con seguridad a los éxitos.
Si analizamos más abajo y nos fijamos en la pequeña empresa, manejada por sus dueños, familias enteras a veces moviendo el timón es más fácil enterarnos porque no sobreviven.
Entonces vamos por partes: las estadísticas dicen que de por ejemplo, en España, para García Ordóñez, de la Universidad de Cádiz, “el 80% de las empresas quiebran en los primeros cinco años”. Estas cifras son confirmadas por “Emprendedor XXI”, de La Caixa, que advierte que “las estadísticas nos hablan de una elevada mortalidad en las empresas de nueva creación: según datos de 2003, más del 70% de los negocios no llegan a los cuatro años de vida”. De acuerdo con la CEPAL “en los países subdesarrollados entre un 50 y un 75% dejan de existir durante los primeros tres años”.
Las razones que podemos encontrar son muchas y de distinta índole, algunas se pueden ver en el artículo publicado “10 errores tremendos a la hora de armar 1 plan de negocios” (12-5-11) donde nos habla de la sobreestimación de cálculos del management familiar y otras razones de esta índole explican algunos de los motivos del fracaso.
Queda a la vista que los índices de mortandad de los nuevos emprendimientos son bastantes altos en cualquier economía o región de análisis. Pero… ¿por qué se produce esta tal cantidad de desaparición de nuevos emprendimientos? Las respuestas a esta pregunta se dividen en dos grandes grupos enfrentados. Las que dan los dueños de los mismos y las que ofrecen los analistas de empresas.
Para los primeros, las razones del alto índice fracaso es atribuible a fuerzas externas a las empresas (seguramente nunca hicieron un análisis DAFO), que actúan en el entorno económico-político-social. Nos referimos, entre otras, a escaso apoyo de organismos gubernamentales, casi inexistentes programas de ayuda a las Pymes, casi inexistente financiación, opresión de controles estatales desmedidos, impuestos asfixiantes, costo de financiamiento elevado disponible en el mercado. Todo esto existe pero…. ¿por qué, a pesar de tener que enfrentar la misma problemática algunas Pymes sobreviven, progresan y crecen, incluso hasta llegar a convertirse, con el paso de los años, en grandes empresas? Será sólo cuestión de suerte, no pareciera.
Para los analistas empresariales, aún tomando en consideración el entorno negativo en que operan los nuevos emprendimientos, se orienta más a encontrar las causas del fracaso en las propias empresas y, en particular, en la capacidad de gestión de sus responsables. Así, tomando como punto de partida una primera síntesis elaborada en Conamype, podemos agrupar las variadas causas de fracaso en cinco grandes áreas:
Problemas para vender, para producir y operar, para controlar, en la planificación y en la gestión.
Pero todo lo antedicho más que miopía es un error de cálculo, de planificación, o de “pensamiento mágico” tal cuál lo describe el mencionado artículo. Esto quiere decir que en toso caso estos proyectos tenían el fracaso predeterminado antes de comenzar.
Y una de las razones, que ya sabemos antes de empezar, es que además de todo hay que tener “espalda” para aguantar un negocio nuevo financieramente hasta que el ciclo del negocio que requiere a veces varios períodos para recuperar la inversión inicial y comenzar a dar sus frutos.
Pero lo que yo llamo “La Miopía del Éxito” es el de una empresa funcionando, con muchos años de mercado, con una inercia de negocios que muestra el botom-line del balance anual con números positivos.
En la próxima nota “La Miopía del éxito II” se desarrolla el tema, como adelanto:
Pero… ¿cómo se está gestionando la empresa exitosa?
Antes de seguir quiero decir que desde mi humilde perspectiva se puede tener éxito por distintos motivos cuando es fugaz, pero sí, estoy convencido que el éxito más perdurable es cuando todos los procesos que implican una empresa en funcionamiento tienen sus actividades planificadas para ser lo más eficientes y efectivas posibles. Y el resultado es una consecuencia del foco en esto, y no que el foco esté solo en el resultado.
Si se trabaja cada proceso por más pequeño que sea de forma tal que nos ocupamos de intentar llegar a la excelencia, seguramente las probabilidades de éxito sean muy superiores.