Hace 39 años nacía el microprocesador, invento que permitió a Intel abrir definitivamente las puertas hacia el futuro y hacia la tecnología que cambió para siempre la vida de las personas.
En noviembre de 1971, Intel lanzaba al mundo el primer microprocesador. Pensado inicialmente para realizar funciones lógicas en las calculadoras, el Intel 4004 revolucionó el mercado y dio origen a la PC tal como la conocemos ahora. Este procesador poseía características únicas para su tiempo, tales como una velocidad nunca antes vista (realizaba 60.000 operaciones por segundo) y gran espacio de memoria (hasta 640 bytes, una novedad para ese entonces).
A través de la historia, Intel supo abrirse paso y superarse a sí misma. Poco tiempo después de esta gran invención – el 1 de abril de 1972 – la compañía anunció una versión mejorada del procesador. Se trataba del 8008, que llegaba a la cifra de los 3500 transistores, casi el doble que su predecesor. Al 8008 se lo puede considerar como el antecedente del procesador que serviría de corazón a la primera computadora personal que llegó dos años después: Altair, cuyo nombre proviene de un destino de la nave Enterprise de la popular serie de televisión Star Trek.
Este procesador fue el 8080, el primero diseñado especialmente para uso general, contenía 4500 transistores y podía ejecutar hasta 200.000 acciones por segundo. El equipo Altair logró vender en pocos meses decenas de miles de unidades, en lo que suponía la aparición de la primera PC que las personas podían comprar.
Luego de varias generaciones, en el comienzo del nuevo milenio Intel comenzó a desarrollar los primeros procesadores fabricados con silicio, los cuales ofrecían una cada vez mayor performance y un menor consumo de energía. A través de los años, los procesadores comenzaron hacerse cada vez más pequeños, utilizando nuevos metales como componentes. Este cambio, permitió reducir hasta un 30% en la pérdida de energía en comparación a los procesadores de generaciones anteriores.
No es posible olvidar la figura del genial Ingeniero Daniel D Farías, como el impulsor y artífice de la llegada de Intel a la región, aún hoy a casi 10 años de su retiro, muchas de las cosas que le enseñó a este mercado se van cumpiendo inexorablemente, su visión y su trabajo impecable son parte del éxito que la compañía hoy disfruta, muchos entre los que me incluyo hemos aprendido de él gran parte de lo que sabemos.
“Desde nuestros comienzos, trabajamos bajo la filosofía de diseñar el futuro y seguimos el camino de la innovación constante para desarrollar lo que en unos años formará parte de nuestra vida cotidiana”, contó Esteban Galuzzi, Gerente General de Intel para Cono Sur. “Producir procesadores es sólo una parte de nuestra tarea; nuestro principal desafío consiste en facilitar el día a día de las personas mediante la generación de tecnología que haga posible un mañana sorprendente. Ese es el futuro para nosotros y hacia allí nos dirigimos”, afirmó.
Han pasado 39 años desde este primer paso hacia el futuro, 39 años en los que todo ha cambiado desde aquel innovador Intel 4004 hasta los Intel Core del 2010 y la segunda generación que se viene: todas tecnologías que revolucionaron de alguna manera la industria y la vida diaria de las personas. El 4004 fue, en muchos sentidos, el punto de partida de una larga historia de desarrollos en la que siempre, lo mejor está por llegar.
Durante 2011, Intel continuará innovando con la presentación de la 2º Generación de procesadores Intel Core, pensados especialmente para brindar a los usuarios de PCs nuevas experiencias en funcionalidad, rendimiento, videos en alta definición, 3D, juegos, realización de múltiples tareas en simultáneo y uso de redes sociales o multimedia en línea.