-Por Alejandro De Belva –
-Consultor Tecnológico especializado en Gobierno-
Existe una nueva corriente de pensamiento con respecto a las Ciudades Digitales que propugna la interoperabilidad mediante una capa semántica, que tenga la capacidad de manejar datos con mayor performance que las bases de datos.
Vivimos en un mundo interconectado, en donde la información es estratégica y el conocimiento es una ventaja competitiva. La nueva economía del conocimiento ha cambiado para siempre la forma de relacionarnos y hacer negocios.
El discurso económico tradicional descansa sobre umbrales que parecen irrefutables, pero alcanza con experimentar de cerca con una transacción para advertir que esos principios abstractos no dan cuenta de la realidad de esta nueva economía, que fundamentalmente ha ganado en velocidad, dinámica y todo cobra una dimensión efímera. La oferta, la demanda, el mercado e incluso el comprador y el vendedor son el producto de una construcción social que se alimenta de la web 2.0 como nuevo contrato social que ha borrado las fronteras, de esta forma queda claro que no se pueden describir convenientemente los procesos emplazados como “económicos” sin invocar a la sociología.
Es imperativo el entender que la sociología y la economía forman de manera inequívoca una sola disciplina, cuya esencia es la exploración de los hechos sociales, de los cuales las transacciones económicas son solo un aspecto más.
En este marco resulta excluyente la consideración de la semántica como única herramienta eficiente para disponibilizar información en tiempo real, las bases de datos actuales han alcanzado rápidamente techos que las vuelven ineficientes a la hora de necesitar respuestas a consultas en tiempos razonables e inferiores a un segundo, en un lugar determinado.
Los buscadores facetados y la búsqueda semántica ha creado un vínculo entre el requirente y los datos que ahora dan factibilidad la concreción de un derecho innegociable de cada ciudadano a no tener que repetir de forma eterna datos que ya ha brindado a múltiples entidades del estado y este último aunque tenga planes concretos de crear Ciudades Digitales, pierde de vista este derecho y no concatena todas sus bases de datos para lograr la democratización de la información y un sentido práctico de equidad que brinde igualdad de oportunidades entre sus ciudadanos.
La Interoperabilidad como Factor de Equidad
Los E-estados, sean municipales, provinciales o nacionales, tienen la oportunidad de sumar una capa semántica a su arquitectura de negocios para junto a web servicies y cubos OLAP, pueda manipular datos de sistemas diversos y haga innecesario identificar a un ciudadano en cada consulta o trámite que realice, con el ahorro sustantivo de tiempo y recursos, pero por sobre todo cambia el sentido del flujo de los trámites, dejando en la periferia a cada organismo y centrando todos los esfuerzos en el ser humano.
Esta visión innovadora se está aplicando con éxito en muchos gobiernos de la región, un caso de éxito palpable lo constituye el sistema de jurisprudencia de la República Federativa de Brasil, que ha creado una capa interoperable entre todos los juzgados que componen sus sistema legal y mediante el planteo de una capa semántica ha logrado la ansiada interoperabilidad.
La posibilidad de interoperar entre sistemas diversos agrega inteligencia a toda la operatoria del Estado y permite agilizar toda la carga burocrática que siempre presentan los estados, generando una dinámica estilizada que provoca un fuerte impacto social.
El Estado tiene la obligación de generar espacios interoperables que permitan identificar a los ciudadanos, de forma de ser mas eficientes y rigurosos en sus procedimientos y procesos, esto no solo trae beneficios económicos para la comunidad, brinda una oportunidad factible de equidad social y sustenta un derecho que nos hemos ganado, como símbolo propio del siglo XXI.