En general, el Covid-19 acentuó el rezago de la región con respecto a las recomendaciones de la UIT sobre asignaciones de espectro radioeléctrico.
José Otero, vicepresidente para América Latina y Caribe de 5G Américas, y lo ha destacado en forma reiterada: los atrasos en asignación de espectro radioeléctrico adicional para servicios móviles representan la permanencia de un gran obstáculo para el lanzamiento y buen funcionamiento de redes 5G.
Y, aunque no es la única ni fundamental causa, lo cierto es que la pandemia del COVID-19 no está ayudando a acelerar el proceso, justo cuando más se necesitan los avances en estas tecnologías.
El estudio “Análisis de las recomendaciones de espectro de la UIT en América Latina”, de 5G América destaca que, para julio de 2021, el espectro asignado para servicios de telecomunicaciones móviles en América Latina alcanzó una cifra de 406 MHz como promedio regional de una muestra de 18 países.
Aunque el número pareciera suficiente, lo cierto es que está bastante lejos de serlo.
Capeando la pandemia
Lo cierto es que 406 MHz representa un rezago tan importante que nos habla de más de un lustro de avances poco significativos pues la mis equivale a:
- 20,7% de la sugerencia de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para 2020.
- Y 31,2% de lo recomendado para 2015.
- 3,5% fue el promedio interanual del crecimiento de la asignación del espectro móvil asignado en la región.
De hecho, el informe destaca que, durante 2020 y debido a las urgencia en torno al Covid-19 algunos países permitieron el uso temporal de espectro.
Otero recordó en el informe que las redes de servicios móviles de alta velocidad requieren espectro en bandas bajas, medias y altas para su buen desempeño.
“En estos momentos, apenas Chile ha asignado bandas altas o milimétricas en la región. Bajo este contexto es necesario controlar expectativas y entender que la adopción de 5G en América Latina será paulatina, centrándose inicialmente en los sectores productivos de la economía”, afirmó.