La novela de Uber en Colombia llega a un nuevo capítulo. Ahora el gobierno ha pensado en bloquear la aplicación, cuestión que podría significar el fin de esta empresa en el país.
CIO América Latina/Mario A. Beroes Ríos
Aunque la empresa estadounidense mantiene toda una batalla legal, muchos se preguntan hasta qué punto es viable esta medida?.
¿Todos contra Uber?
Uber conecta a pasajeros con conductores a través de su aplicación, permitiendo más posibilidades de transporte para los pasajeros y más negocios para los conductores. Desde su fundación en 2009 se ha extendido a más de 70 ciudades. El usuario debe descargar la aplicación y luego de registrarse debe permitirle encontrar su ubicación a través del GPS. El cliente elige entre diferentes modelos de auto (un sedán negro para cuatro personas; un taxi tradicional que tiene acuerdo con la empresa; un UberX, que sería la versión barata; una camioneta deportiva para seis o un auto de lujo, que es el más caro), y luego presiona en el botón que activa el pedido. Uber encuentra al chofer más cercano a través de la geolocalización y lo manda hacia el cliente.
En Colombia, Uber no la ha tenido tan fácil. Ahora, el gobierno del presidente Santos podría evaluar la posibilidad de realizar un bloqueo tecnológico a la aplicación de la compañía californiana. La causa estaría siendo analizada por la presión ejercida por uno de los gremios más poderosos del país: el de los taxistas.
Y agregó que, de ordenarse el bloqueo por una instancia legal, judicial o administrativa, “el ministerio TIC solo está facultado para verificar que la orden de bloqueo sea ejecutada por parte de los operadores (ISP)”.
Uber contesta
Uber, por su parte, también se pronunció y señaló que “la regulación de la movilidad y el futuro del libre uso de internet en Colombia no pueden definirse bajo la amenaza de las vías de hecho y en favor de viejos monopolios que controlan y se lucran de los cupos de taxis”.
Añade que “el camino que pretenden tomar el ministerio de Tecnologías de la Información, el viceministro Enrique Nates y el superintendente Javier Jaramillo, no solo sacrifica la libre competencia sino que condena la innovación tecnológica en el país a un futuro de incertidumbre jurídica”.
La situación o la posible solución pareicera estar en el despacho de la superintendencia de Transporte, que todavía no ha emitido su opinión. Dicho organismo ha dicho que en los próximos meses continuarán las sanciones contra las empresas del sector y los conductores que sigan utilizando estas aplicaciones.
La Superintendencia aclaró que no puede sancionar directamente a Uber, debido a que no se trata de una empresa de transporte como tal. “El problema aquí no es la tecnología sino el servicio ilegal que algunas empresas y personas prestan a través de ella”.
Entre tanto, en la SIC hay siete demandas que tienen relación con estos servicios de transporte que cobijan a varias aplicaciones. En el caso específico de Uber, tiene dos por competencia desleal, pues según los demandantes hay una violación de normas que le da a esta firma una ventaja competitiva, especialmente en el caso de los cupos.
El papel de la SIC será clave en el proceso. Por una parte, la entidad actúa como juez que debe dirimir un conflicto entre dos partes; y, por otra, a través del ministerio de Transporte también se han hecho remisiones de cartas o quejas a la SIC para que a la luz de sus funciones administrativas investigue una posible práctica restrictiva de la competencia.
El mayor reto es reglamentar la operación, pues ha quedado demostrado que los negocios van siempre mucho más rápido que las regulaciones. Las medidas en términos tributarios y laborales, por mencionar solo dos temas, serán fundamentales para armonizar las operaciones. Además, es necesario buscar salidas, como en México, con el incremento de tarifas y una mayor segmentación en el caso de Uber.
Pero la mayor preocupación es estructural. Si toma fuerza el bloqueo a Uber, se generaría un pésimo antecedente para la denominada economía de internet, pues luego podrían venir presiones de otros sectores económicos, como los hoteles o las agencias de viajes, y empresas como Airbnb y otras plataformas podrían quedar inmersas en este debate.
No os dejeis engañar por esos ladrones, Uber desbanca a los gremios regulados y hacen su trabajo sin pagar impuestos, sin dar derechos a los trabajadores, axfisiandolos con créditos para que compren autos nuevos etc, funciona como una mafia. Y su sede fiscal se encuentra en un paraiso fiscal, Delaware. Autenticos delincuentes.