Según estadísticas, la parte que navegamos todos los días de Internet representa apenas el 1%, ¿qué hay del resto? Eso es la Deep web, millones de páginas que van desde bases de datos hasta sistemas para delinquir.
¿Cómo se mantiene oculta? Los distintos motores de búsqueda (Google, Yahoo y Bing) indexan constantemente páginas siguiendo los hipervínculos entre los sitios estáticos, deslizándose sobre los hilos de la red como una araña.
Lo que estos buscadores no indexan son las páginas dinámicas, como las que se generan cuando haces una consulta a una base de datos en línea, así como tampoco capturan páginas detrás de redes privadas o páginas independientes que no tienen vínculos con ninguna otra cosa.
VALOR PROFUNDO
Un informe elaborado en 2001 -el mejor hasta la fecha- estima que el 54 % de los sitios web son bases de datos. Entre las más grandes del mundo están la National Oceanic and Atmospheric Administration, la NASA, la Oficina de Patentes y Marcas y el sistema de búsqueda EDGAR de la Comisión de Bolsa y Valores, todas ellas estadounidenses y públicas.
Otro 13% de las páginas se mantienen ocultas porque sólo puedes encontrarlas en una Intranet. Estas redes internas, por ejemplo, las de empresas o universidades, tienen acceso a tablones de mensajes, archivos del personal o paneles de control industrial que pueden encender un interruptor de la luz o apagar una planta de energía.
Y luego está Tor, el rincón más oscuro de Internet y por medio del cual se puede acceder a una colección de sitios web secretos (que terminan en .onion) que requieren de un software especial para acceder a ellos.
La gente usa Tor para que su actividad en la red no pueda ser rastreada, basándose en un sistema donde las señales rebotan entre los diferentes equipos compatibles con Tor de todo el mundo. ¿Qué hay ahí? En la última década, se ha convertido en un espacio donde los mercados negros venden o distribuyen drogas, tarjetas de crédito robadas, pornografía ilegal y contenidos piratas.