El IEEE 802.3 400Gbps Study Group pretende escribir el próximo capítulo de la historia de Ethernet, una tarea que no será nada fácil, ya que, como sucedió previamente con el desarrollo del estándar a 100Gbps, la diversidad de los perfiles de los agentes implicados podría dificultar la definición de una especificación que satisfaga a todos.
“Hay mucha gente diferente participando en el grupo de trabajo”, afirmó John D’Ambrosia, presidente del grupo IEEE 802.3 400Gbps, en el Technology Exploration Forum celebrado ayer en Santa Clara, California. Y tal diversidad puede dificultar el consenso, ya que la ratificación del estándar requiere su aprobación por el 75% de los miembros. Según D’Ambrosia, si bien todos quieren conseguir mayores velocidades, las diferentes necesidades de los muchos fabricantes de redes implicados probablemente dificultará lograr un acuerdo sobre cómo conseguirlas.
Conviene recordar el último proceso de estandarización de Ethernet, que dio como resultado el estándar 802.3ba, que cubre velocidades de 40 y 100Gbps. El proyecto comenzó focalizándose solo en conseguir una norma de 100Gbps, que era el objetivo de los proveedores de servicios, pero finalmente se amplió para incluir también un estándar de 40Gbps porque los servidores de empresa no estaban preparados para asumir una velocidad mayor. Si la experiencia de 802.3ba sirve de algo, el próximo estándar, llamado 802.3bs, probablemente no será ratificado hasta la primera mitad del 2017, aseguró D’Ambrosia.
Daly Murray, analista de Light Corning, coincidió con el responsable del grupo de trabajo; incluso cree que el camino hacia los 400Gbps será aún más duro que el seguido con el último estándar Ethernet disponible. Una de las cuestiones clave será definir qué tipo de enlaces menores tendrán que agruparse para conseguir tan elevadas velocidades. Tales conectores podrían ser múltiples fibras o longitudes de onda ópticas u otro tipo. Esto fue relativamente fácil con la norma a 40/100 Gbps, según Murray, puesto que se utilizaron interfaces de 10Gbps, entonces ya ampliamente disponibles en el mercado.
Nuevos interfases
Para conseguir 400Gbps se necesitarán nuevas interfases con los que construir bloques mayores y existen múltiples opciones posibles para ello, cada una con diferentes enfoques en cuanto a costos, clases de fibra o cable y distancias. Además, habría que tener en cuenta cuándo podrán estar disponibles.
Para D’Ambrosia, la mejor forma de llegar a los 400 Gbps sería usar cuatro interfases de 100Gbps. Esto ayudaría a conseguir un efecto que ya sucedió con las actuales especificaciones, ya que, al utilizar enlaces de 40Gbps, los usuarios pudieron satisfacer tanto sus necesidades inmediatas como futuras, lo que ayudó a incrementar las ventas y en consecuencia a la caída de precios. “Fue un éxito que se produjo de forma natural”, afirmó Murray.
Otras posibilidades incluyen el uso de ocho conexiones de 50Gbps o 16 de 25Gbps. Sin apoyar ninguna en concreto, Murray advirtió del peligro de ratificar antes de tiempo una tecnología que no satisfaga ni las necesidades actuales ni las futuras. Si los usuarios no le ven valor, no lo comprarán en volumen suficiente.
Stephen Lawson, IDG News Service