¿Cómo proteger las finanzas ante un panorama de amenazas cada vez más sofisticado?
En 2024, las estafas digitales alcanzaron un costo global de 5,4 billones de dólares, según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) de España. Solo en este país europeo, se registraron 185.000 ciberataques durante el primer semestre del año, un 5% más que en el mismo periodo de 2023. Frente a este panorama, los ataques de identidad sintética y las tácticas de ingeniería social se han convertido en las principales herramientas de los defraudadores.
El auge de las identidades sintéticas
El fraude por identidad sintética consiste en la creación de perfiles ficticios combinando datos reales con información falsa. Este tipo de estafas permite a los delincuentes:
- Evitar detección en sistemas tradicionales al parecer identidades legítimas.
- Acceder a líneas de crédito y beneficios financieros, dejando a las instituciones con enormes pérdidas.
“El crecimiento de este tipo de fraude demuestra cómo los sistemas basados únicamente en reglas estáticas se están quedando obsoletos”, señala Dan Dica, CEO de Lynx, proveedor de software anti-fraude.
Ingeniería social: cuando el fraude ataca la mente
Las tácticas psicológicas utilizadas por los cibercriminales no solo evolucionan, sino que se democratizan gracias a la inteligencia artificial generativa. Este fenómeno permite a estafadores con pocos conocimientos técnicos:
- Crear mensajes persuasivos personalizados, replicando patrones de comunicación.
- Suplantar a empresas o contactos de confianza para obtener datos sensibles.
Un ejemplo real: la proliferación de estafas en aplicaciones de pago instantáneo, donde los usuarios son manipulados para transferir dinero o compartir información personal.
La IA: amenaza y solución en el combate al fraude
La inteligencia artificial es una herramienta clave para abordar estos retos. Las soluciones basadas en aprendizaje automático:
- Detectan patrones anómalos en tiempo real.
- Se adaptan diariamente a nuevos comportamientos y tipos de fraude.
- Reducen los falsos positivos, mejorando la experiencia del usuario y aumentando la seguridad.
El «Modelo Adaptativo Diario» de Lynx es un ejemplo destacado. Según la compañía, permite no solo detectar estafas, sino también anticiparlas. “La integración con aplicaciones móviles brinda contexto a los usuarios, ayudándolos a tomar decisiones informadas y evitando riesgos ocultos”, explica Dica.
En un entorno financiero de constante cambio, donde las amenazas se sofistican día a día, depender de enfoques tradicionales ya no es suficiente. La inteligencia artificial y los sistemas predictivos son esenciales para garantizar la seguridad fiscal y proteger tanto a instituciones como a usuarios.
Adoptar soluciones tecnológicas avanzadas y fomentar la educación sobre ciberseguridad no son opciones, sino imperativos para sobrevivir en este nuevo ecosistema. ¿Estamos realmente preparados para afrontarlo?