Hoy dÃa, las mujeres en todo el mundo todavÃa representan el segmento no bancarizado más amplio. En el mes que se dedica al tema, es el momento ideal para ahondar en lo crucial de esto.
Por: Gilma DÃaz | Directora de Ventas para la región NOLA (México, Colombia, Costa Rica y Salvador) en FICO Â
A pesar de los avances hacia la equidad de género que, como humanidad, hemos tenido en múltiples ámbitos, la desigualdad de la mujer en terrenos como el laboral y económico siguen siendo problemas importantes que es preciso resolver.Â
Un dato revelador en este sentido es que, hoy en dÃa, menos de la mitad de las mujeres en edad de trabajar participan en la fuerza laboral mientras que, en el caso de los hombres, tres cuartas partes del total lo hacen.Â
Ahora que se conmemorado una edición más del DÃa Internacional de la Mujer y que estamos en un mes que se dedica al tema, es el momento ideal para ahondar en lo crucial, evaluando los retos, avances y oportunidades para generar, entre todos los involucrados, un nuevo panorama para las mujeres en México como género económicamente activo y como usuarias de servicios financieros.
Hoy dÃa, las mujeres en todo el mundo todavÃa representan el segmento no bancarizado más amplio.Â
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), previo a la pandemia:Â
- 56% de las personas sin una cuenta bancaria en el mundo eran mujeres
- lo que significa una cifra de casi 1.000 millones no bancarizadasÂ
Situación agravada en pandemia
Toda vez que la crisis ocasionada por el Covid-19 ocasionó la pérdida de miles de empleos, en su mayorÃa los más vulnerables y, sobre todo, aquellos que se desarrollaban en la informalidad y que eran ejecutados – principalmente – por personas del género femenino, se puede pensar que el problema persiste.
Si algo es cierto es que la digitalización no sólo está ayudando a cerrar la brecha laboral sino que, también, es el puente que facilitará la transición hacia una mayor bancarización de este grupo, aunque no es suficiente.Â
Más allá del aspecto tecnológico, hay mucho más trabajo por delante: simplemente, como indica el Banco Mundial, a la brecha de género en el acceso y uso de productos financieros hay que sumar la de habilidades, conocimientos y comportamientos financieros.Â
Todo ello debe derivar hacia los niveles más bajos para alcanzar el bienestar financiero para las mujeres, en especial en América Latina y Caribe: la región más afectada.
¿Por qué? Un reciente análisis del Banco de Desarrollo de América Latina (antigua CAF) deja ver que la naturaleza de la exclusión financiera de las mujeres en la región tiene diversas aristas, incluyendo:Â
- una dependencia significativa de la economÃa informal Â
- alta vulnerabilidad financieraÂ
- y bajo acceso al mercado crediticioÂ
- por falta de incentivos adecuados en el sistema formal, entre otras razonesÂ
¿Productos por y para mujeres?
Ante esto, no sorprende que en México, aunque el 74% de los hombres tienen o han tenido al menos un producto bancario, la cifra se queda 12 puntos porcentuales por debajo en el caso de las mujeres, llegando únicamente al 62%.Â
Asà lo señalan los datos más recientes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Por todo ello, en FICO coincidimos con la OIT cuando menciona que la industria de servicios financieros puede ser un catalizador y barómetro de la equidad de género.Â
No es que la inclusión financiera redundará en equidad per se, pero un acceso equitativo a la gama completa de servicios financieros para ellas sà abre la puerta a mayores oportunidades de empoderamiento social y económico.Â
Contar con un sistema financiero más inclusivo traerá grandes beneficios a la economÃa mexicana y brindará la estabilidad financiera que las mujeres necesitan para alcanzar tanto el mejor desarrollo como mayor calidad de vida personal y para sus familias.Â
Esto nos dará acceso a una mayor estabilidad como paÃs, al tiempo que avanzamos en la equidad.Â
Del mismo modo, entre más mujeres formen parte del sistema financiero, éste se irá amoldando mejor y creará productos más acordes a este grupo particular, al notar la importancia de las mujeres para mejorar su rentabilidad.Â
AsÃ, estaremos delante de la inclusión como un proceso de ganar-ganar para la sociedad y el sector financiero del paÃs.
El camino a seguir
Ahora bien, ¿cómo avanzar por este camino? Sin duda, se trata de un impulso multidisciplinario, pero el rol de la industria bancaria es fundamental.Â
En principio, la industria debe continuar ofreciendo una educación financiera que se ponga énfasis en la perspectiva de género para llevar a las mujeres a un nivel similar al de los hombres en cuanto a:Â
- la comprensión de términos
- las opciones a elegir y demás
- asà como con la generación de planes acorde a lo que las mujeres necesitan
Es decir, cubrir sus necesidades y adecuar los productos a sus condiciones, sin importar la etapa financiera en la que se encuentran o el rol que desempeñen en la sociedad.Â
Otro elemento que será crucial para que las mujeres tengan mayores probabilidades de acceder al sistema financiero es el Open Finance / Open Banking.Â
Estos conceptos representan la implementación de un sistema que concentrará los diferentes datos financieros (bancarios, de servicios, etcétera) conectados al usuario final, almacenándolos en un ambiente 100% digital seguro y siempre disponible.Â
Todo ello permitirá que está información esté disponible y facilite la aprobación de créditos, se optimicen los servicios de gestión financiera mientras las instituciones bancarias mejoran su capacidad de prevenir fraudes y lavado de dinero, entre muchas otras posibilidades.Â
Un mercado de posibilidadesÂ
En el caso de México, las regulaciones siguen en proceso. Es momento de que los bancos continúen preparándose a nivel tecnológico para que, una vez esté implementado, puedan obtener todas las ventajas que traerá el Open Finance / Open Banking.Â
La meta es el empoderamiento financiero de las mujeres.Â
Una vez que se haya recorrido todo el sendero para llegar ahÃ, será entonces que se pueda hablar de igualdad de condiciones para las mujeres en el sistema financiero y en la sociedad en general.Â
La buena noticia es que ya estamos en el camino y, en lo que a FICO respecta, muy comprometidos no sólo con ayudar al negocio de los bancos, sino a construir una sociedad más inclusiva.Â
Queremos ser parte de la conformación de un entorno financiero en el que las mujeres confÃen y del que se sientan parte.
Es por ello que trabajamos para innovar en las mejores soluciones que permitan alcanzar estos objetivos.Â