Mientras establecemos las consecuencias del Covid debemos recordar que el legado de Wannacry es que el ransomware se instaló en nuestras vidas.
De hecho, sigue allí como uno de los ataques globales más devastadores de la historia de la ciberseguridad.
Uno de los mayores que mostró las debilidades que aún permiten situaciones como la paralización de un oleoducto crítico en la Costa Este de Estados Unidos ocurrido el fin de semana.
En vista de la escalada, el equipo de Kaspersky Lab nos recordó que el 12 de mayo fue el cuarto aniversario de la campaña de ransomware más grande registrada hasta la fecha y que es recordada por haber afectado instituciones privadas y públicas a todo lo ancho y largo del mundo.
La consecuencia fundamental de este gran ataque que duró casi dos meses fue haber hecho evidente la incapacidad de los sistemas para mantener seguros y protegidos los datos pues, según las cifras de esta consultora de seguridad, en América Latina:
- 1.3 millones de intentos de ataques de ransomware se registraron en 2020
- 5,000 ataques por día es la conversión real de esa cifra
Hé allí el principal legado de Wannacry.
La pandemia silenciosa
Y es que, aunque este tipo de malware parezca un problema dirigido, principalmente, a las grandes empresas, los miles de casos registrados alrededor del mundo comprueban que no es así.
Nuestra región no es la excepción. Hace cuatro años México fue, probablemente, el país más afectado de Latam pero, en la actualidad, ha cedido el primer lugar como el país con una mayor proporción de ataques:
- 46,69% Brasil
- 22,57% México
- 8,07% Colombia
- 5.56% Perú
- 3.86% Ecuador
- 2.29% Chile
- 2.17% Venezuela
- 1.93% Argentina
Según el estudio IT Security Risks Survey 2020 de Kaspersky, hay un sinfín de razones para que las pequeñas o medianas empresas (PyMEs) estén atentas y prevenidas frente al problema.
El estudio señala que alrededor del 35% de las PyMEs fueron afectadas por un ataque de ransomware en 2020, lo cual tuvo un costo promedio de US$183,000 dólares.
Para una empresa víctima de ransomware, el costo no es solo el que se genera por el tiempo de inactividad, sino también por posibles multas y daños a su reputación, costos que en el caso de una PyME pueden ser irreparables.
Transmutar el legado
En este sentido, los especialistas de la consultarán nos recuerdan que las bandas de ransomware hacen mas que aprovechar las vulnerabilidades de seguridad.
“Los cibercriminales suelen dirigirse a empresas y organizaciones que no toleran los periodos de inactividad y que saben, sufrirán pérdidas millonarias por detener su operación“, destacó el director del Equipo de Investigación y Análisis para América Latina en Kaspersky, Dmitry Bestuzhev.
Los resultados de este mismo estudio revelan, además, lo que el mundo ha aprendido por las malas en los últimos casi 18 meses: no hay caminos fáciles para resolver una pandemia. El ransomware no es la excepción.
En esta ocasión, de los 15.000 consumidores afectados por ransomware, solo una cuarta parte de los que pagaron recuperó sus datos.
Y, un así, de estos:
La mitad perdió parte de la información;
- 32% le fue escamoteada una cantidad significativa de datos y;
- 13% perdió casi la totalidad de su información almacenada.
Por todo ello y en vista de la escalada actual, se imponen las medidas básicas de seguridad que permitan un mínimo de resguardo:
- Realizar copias de seguridad constantes
- Mantener sus equipos actualizados
- Uso de contraseñas sólidas
- Capacitación constante de los usuarios…
… son las únicas vacunas disponibles para atacar este más y evitar que el legado de Wannacry siga ensombreciendo el mes de mayo. O cualquier otro mes.