En la carrera para construir mejores autos, los fabricantes acuden a la Inteligencia Artificial para ser los ganadores.
Por: Subhanjan Ghosh, Director del segmento de Energía, Recursos, Servicios Públicos, Manufactura y Ciencias de la Salud para Tata Consultancy Services en América Latina
La industria automotriz ha vivido cambios drásticos en la última década. Los autos de hoy son más inteligentes, más seguros y cuentan con mayor eficiencia en el gasto de combustible en comparación a los últimos 10 años. Y la tecnología ha sido la fuerza detrás de varios de estos avances.
Sin embargo hay una innovación que se espera tenga un impacto aún mayor en el diseño y la manufactura automotriz, y sobre la forma de operar de estos negocios en la era digital: la Inteligencia Artificial (IA).
El caso comercial de los autos más inteligentes
La IA está posicionada para tener un impacto importante en casi todas las industrias, donde vemos innovaciones como los autos autónomos de Google acaparando los titulares. Sin embargo, Google no es la única empresa que está invirtiendo en esta área.
En el 2016 General Motors, uno de los fabricantes más grandes de autos, gastó más de $1,000 millones en Cruise Automation, una empresa startup que los ayudará a entrar al mercado de autos autónomos. Además, gigantes de tecnología como Baidu y Google gastaron entre 20,000 millones y 30,000 millones en inteligencia artificial en el 2016, invirtiendo el 90% del total en investigación y desarrollo y en despliegue, y el 10% en adquisiciones de IA[1].
En América Latina, México y Brasil lideran la industria de fabricación de autos. En el 2017, México aumentó su producción en un 9% en comparación al año anterior[2] y la producción en Brasil incrementó en un 45.7%[3]. Si bien estos mercados están entre los principales a nivel regional como global, en cuestiones de inversión en investigación y desarrollo y en adopción de tecnologías de inteligencia artificial aún están por debajo del promedio. En México por ejemplo, la inversión en investigación y desarrollo de tecnología, solo representa un 0.50% de su PIB (en comparación al promedio regional en América del Norte de 2,62% del PIB)[4], según datos del Banco Mundial.
El futuro sin embargo se ve positivo, ya que en varios países de América Latina existen proyectos de ley y regulación para el mercado de vehículos livianos, que obligarían a los fabricantes de autos a incrementar su inversión en investigación y desarrollo. Esto ayudaría a satisfacer la creciente demanda y a mantenerse competitivos[5] dentro del mundo de Negocios 4.0.
Sin embargo, la inversión en IA no se trata únicamente de nuevos dispositivos e innovaciones lujosas para los conductores. Hay un tema comercial más fuerte que la industria no puede ignorar. El mayor factor para esto es el retorno en inversión. De hecho, según investigación de TCS, ejecutivos de la industria automotriz consideran que la inversión en IA les ayudó a reducir costos de producción en un 10%. Los fabricantes de autos también reportaron un incremento en ingresos de un 12% en promedio en las áreas relacionadas a iniciativas de IA.
En resumen, este es el punto de vista del comité ejecutivo: si las empresas automotrices invierten en IA, esta entrega retornos en inversión, impulsa la innovación en nuevos productos y lleva a más seguridad y una reducción en el impacto ambiental.
La tecnología en el asiento del conductor
TCS llevó a cabo recientemente un estudio sobre la inteligencia artificial en 13 industrias. En la industria automotriz, el 90% de los líderes de negocio dijeron que ya estaban utilizando esta tecnología. Con la visión hacia el futuro, casi todos los ejecutivos encuestados consideran que para el 2020 van a incorporar la IA en sus operaciones en alguna parte de la cadena de valor. Está claro que la IA es una prioridad importante.
El sector siempre ha sido rápido en la adopción de nuevas innovaciones y modelos operativos, después de todo fue Henry Ford quien inventó la línea de producción que revolucionó la fabricación de autos. El sector también fue pionero en el uso de robots, los cuales se encontraban en las plantas de producción mucho antes que otros fabricantes los incorporaran.
Sin embargo la IA y el Internet de las Cosas (IoT), representan el próximo gran paso. Los autos autónomos son un excelente ejemplo. Si bien no es un concepto nuevo, la IA ha ayudado a la industria automotriz a llevar esta idea a materializare. Más allá de solo manejar, las tecnologías de IA son tan poderosas que pueden desplegarse para aprender el comportamiento humano, percibiendo como otros conductores reaccionarían a condiciones de clima adversas y ayudando a los conductores a tomar decisiones importantes, como por ejemplo cuando acelerar o frenar al conducir en condiciones de lluvia.
Lo que es interesante es como esta tecnología está impulsando la producción y la seguridad. El fabricador francés de autos Renault utiliza robots de fábrica diseñados para trabajar con personas. En una planta de producción francesa los robots instalan los tornillos en los motores del auto y verifican que las partes están siendo utilizadas e instaladas correctamente. Estos robots también están equipados con cámaras, sensores de sonido y otras tecnologías que les dejan saber dónde están los trabajadores, con el fin de evitar accidentes.
Sistemas como estos presentan una gran oportunidad para fabricantes en Latinoamérica, donde la fabricación de vehículos e inversión de empresas extranjeras se ha acelerado como resultado de la creciente demanda.
Un futuro impulsado por la IA
Si bien la IA promete grandes avances y mejoras, nos tenemos que preguntar porque algunos fabricantes de autos siguen teniendo sus dudas. Es verdad que aunque hemos visto un gran progreso en años recientes, también persisten posibles retos en nuestro camino.
Administrar de manera eficiente el riesgo de seguridad y datos de los sistemas de IA es de importancia fundamental. Por ejemplo, en nuestro estudio las empresas automotrices contestaron que ese era el primer factor de éxito para lograr un verdadero valor de esta tecnología. Otros temas como la disposición de los empleados en aprender nuevas habilidades y adaptarse a la forma de trabajar junto con las herramientas de IA, también fueron citados como posibles retos.
La capacidad de la IA para mejorar el diseño y las operaciones de un negocio es evidente. Nuestro estudio muestra que la IA está liderando la carga en varios frentes y próximamente se verán los beneficios no solo en las carreteras y calles pero también en distintas áreas de negocio.
Con la IA lista para seguir haciendo un impacto dramático en la industria automotriz, es esencial que los líderes de negocio piensen cuidadosamente sobre dónde se sentirá este impacto más fuertemente y como pueden hacer que la influencia de la IA sea verdaderamente positiva para el desarrollo del sector.