La buena noticia a es que cada país de América Latina podrá establecer sus “sensibilidad” frente a las bruscas variaciones del bitcoin que se esperan.
CIO AMÉRICA LATINA | Por Elibeth Eduardo | @ely_e
La escalada inicial que llevó al commodity tecnológico más popular del mundo a romper sus propios récord y acercarse a la barrera psicológica de los US$ 8.000 parecía lógica.
Incluso lucía como una buena noticia: el mercado de la criptomoneda se fortalecida (al igual que el precio) al descartarse la posibilidad de una “bifurcación”.
Es decir, no habría un grupo de mineros tratando de “crear” más bitcoin (ni su clon, el llamado Bitcoin Cash) para reducir el precio o aumentar su circulación. Lógico.
Pero es claro que todos los jugadores del mercado no estuvieron de acuerdo con este arreglo fina y, 48 horas más tarde, empujaban el valor del clon a US$ 850. Es decir, un 35% de incremento por encima de su precio.
Mientras tanto, el “original” caída por debajo de los US$ 7.000 para luego recuperarse y cerrar en Luxemburgo (la cuna de este mercado) en US$ 6.870.
Y, aunque en términos netos puede sonar como una perdida importante, en términos relativos lo que hace es descontar la ganancia de la reciente escalada.
Todavía hay ganancias
El resultado para quienes han visto en la criptomoneda una opción de inversión sigue siendo muy favorable pues el valor de la misma no ha dejado de crecer en 2017, logrando un 600% de incremento hasta la fecha.
Pero la reciente caída deja en claro que la disposición de un sector de la comunidad (¿más de inversionistas que de tecnólogos?) de que se amplíe la base de creación del Bitcoin hará que está crisis se repita.
Especialmente porque el objetivo es que haya más monedas en circulación y eso debería significar que las mismas tengan un menor precio para hacerlas más accesibles y populares.
La pregunta clara es: ¿quién ganará? Hasta ahora, han sido lo que quieren mantener los precios altos.
Pero eso podría cambiar. Cabe destacar que América Latina cuenta con al menos TRES (03) mercados muy pendientes del Bitcoin.
Su “sensibilidad” a sus variaciones probablemente se pondrá a prueba en las próximas semanas.
¿Inmunes o independientes de la baja?
Estos son México, Colombia y Venezuela por razones completamente distintas en cada caso.
Mientras en México el Bitcoin es un mecanismo para abaratar los costos del dinero transfronterizo, en Colombia la aclaratoria del gobierno de que NO es una moneda de curso legal intenta desestimar el que comercio, tiendas y restaurantes especialmente al sur del país la reciban e incluso la cambien en actividades que parecieran vinculados con la legitimación de capitales.
De hecho, aunque el país no cuenta con “cajeros” como tal, tiene dos unidades automáticas para compra de criptomonedas (no sólo bitcoin): la primera en Pereira y la segunda en Bogotá.
No obstante, todo este movimiento al sur podría también que ver con la situación venezolana pues, aunque en el país es casi ilegal tener dólares, no hay legislación relativa al bitcoin lo cual dificulta inclusive la “persecución” a los mineros, cada vez más abundantes en el país.
En Venezuela esta criptomoneda es un mecanismo “gris” para obtener divisas y fue el mercado que el viernes mantuvo su precio, colocando incluso la conversión dólar – bitcoin por encima del “dólar Cúcuta”, regularmente la tasa más alta del mercado negro.
De mantenerse la tendencia alcista en la semana en Colombia y Venezuela se certificará el carácter mellizal de estos mercados y su casi independencia de la cotización global.