La jugada de Apple fue arriesgada. El resultado, además de ser una derrota para Qualcomm, puede mover las bases de mercado de microcomponentes.
CIO AMÉRICA LATINA | Por Elibeth Eduardo | @ely_e
Lo hemos dicho antes: el mercado tecnológico es complejo y los enfrentamientos por patentes son frecuentes.
Todas las grandes empresas cuentan con más de un juicio (y derrota) en sus expedientes.
Pero, para los analistas del mercado tecnológico, el litigio introducido por Apple hace más de un año contra Qualcomm era una jugada arriesgada que, en cierta forma, rompía con el “pacto de caballeros” (o de ladrones, según prefiera) en el sector.
Después de todo, repito, todos tienen una demanda pendiente en algún tribunal de los de los Estados Unidos. O del mundo.
Como sea, Apple decidió que no pagaba más por patentes que no usa solo para que Qualcomm le permita usar algunos componentes.
Tiempos mejores
Y, ahora, un tribunal le ha dado la razón en algo que, por supuesto, sólo puede discutirse debido a los términos de un contrato de adhesión.
El sentido común indica, por supuesto, que Apple tiene razón pero eso no impedirá que Qualcomm siga apelando por sus “derechos económicos”.
Lo cierto es que los tribunales son un territorio lleno de sorpresas para las empresas tecnológicas como lo muestra el reciente triunfo de Intel en Europa que podría cambiar las bases de acción de los (hasta ahora) todopoderosos reguladores de la UE.
Qualcomm fracasó recientemente en sus esfuerzos por llevar una causa “global” con respecto a sus patentes desde Estados Unidos donde (piensa) tiene mejor oportunidad.
Aunque, quizás no en California, sede del actual fallo. De cualquier forma, el dictamen podría alentar juicios en distintos países y de otras marcas.
El efecto “Toshiba”
Estas no son buenas noticias para Qualcomm que viene de una y, por lo visto, interminable cadena de fallos en contra.
Además, la venta de Toshiba Memoria Corporation (TMC) a una alianza que incluye tanto a Dell como a la misma Apple y las declaraciones de esta empresa de producir sus propios componentes no son gratuitos.
Es posible que la empresa ya comience a preocuparse (aún es temprano para “resentir”) que su smartphone sea el más caro del mercado.
Pero, si quiere mejorar esa situación con los restantes dispositivos debe ser más “activo” en el mercado de los componentes.
En ese escenario nadie está dispuesto a sentir pena por Qualcomm. Es una cuestión de sobrevivencia colectiva.