Al combinarse con los nuevos agentes de IA, la tecnología de los gemelos digitales vive un redescubrimiento.
Para los equipos de ciberseguridad, la combinación de estas dos tecnologías marca un hito en su labor defensiva.
A grandes males, grandes remedios. Esta verdad puede ser de Perogrullo pero, no por eso, deja de funcionar en la mayoría de los casos.
En lo referente a los agobiados equipos de ciberseguridad, los CISOs están encontrando dos nuevos e inesperados aliados tecnológicos.
Nos referimos tanto a los llamados agentes de IA (IA agéntica o AgentIA) como a la siempre prometedora tecnología de los gemelos digitales.
De hecho, para los especialistas de Trend Micro, quizás la ciberseguridad sea el área que, realmente, logre capitalizar el potencial de estos simuladores.
Pero, ¿cuál sería el lugar de estas herramientas en los esquemas defensivos de las empresas? En principio, hay que entender la sofisticación de las amenazas.
Según SNS Insider, el mercado de inteligencia artificial (IA) aplicada a la ciberseguridad alcanzará los US$ 120.000 millones para 2032. Humildemente.
Tal proyección refleja el crecimiento en la demanda de soluciones inteligentes y, especialmente, predictivas.
¿Por qué? Porque las empresas ya no pueden conformarse con una seguridad estática y reactiva.
Por el contrario, deben adelantarse a los atacantes con modelos de defensa autónomos y adaptativos.