Una alianza renovada entre Red Hat y AMD promete cambiar las reglas del juego en la nube híbrida: desde modelos de IA listos para producción hasta centros de datos más eficientes y sostenibles.
Red Hat y AMD anuncian desde el Red Hat Summit 2025 una colaboración estratégica que no solo consolida su alianza, sino que responde a un reto clave para los CIOs: cómo modernizar entornos tradicionales para habilitar cargas de trabajo de IA en la nube híbrida, sin disparar los costos. La combinación de las plataformas open source de Red Hat con las GPU AMD Instinct y las CPU AMD EPYC permite acelerar modelos de IA, virtualizar máquinas tradicionales y escalar operaciones con eficiencia energética y financiera.
Sabías que la mayoría de los centros de datos empresariales aún están optimizados para cargas de trabajo tradicionales? En plena era de la inteligencia artificial, esa realidad se está convirtiendo en un obstáculo para escalar. Y no es solo una cuestión de potencia: hablamos también de costos, eficiencia energética y velocidad de innovación.
En ese contexto, Red Hat y AMD han decidido ir más allá de una simple colaboración técnica. Desde el Red Hat Summit 2025 en Boston, ambas compañías anunciaron una alianza estratégica reforzada para hacer frente a un doble desafío: impulsar las capacidades de la IA generativa y optimizar las arquitecturas virtualizadas que aún forman la columna vertebral de muchos entornos corporativos.
¿Qué hay realmente detrás de esta alianza?
El anuncio no se queda en las buenas intenciones. La estrategia conjunta está centrada en combinar tres elementos clave:
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El liderazgo de Red Hat en plataformas open source, como Red Hat OpenShift y Red Hat Enterprise Linux AI.
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El músculo computacional de AMD, con sus GPU Instinct MI300X y CPUs EPYC.
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Un enfoque pragmático: optimizar lo que ya existe en el centro de datos, mientras se construyen entornos preparados para la IA de próxima generación.
El objetivo está claro: reducir la complejidad, mejorar la eficiencia y acelerar el tiempo de despliegue de soluciones de IA en la nube híbrida.
IA generativa al alcance: optimización, escalabilidad y menor coste
Uno de los avances más notables es la integración total de las GPU AMD Instinct en Red Hat OpenShift AI, lo que permite entrenar e inferir modelos de IA sin necesidad de desplegar múltiples máquinas virtuales. Esto no solo mejora el rendimiento, sino que reduce el coste y la huella energética.
Red Hat y AMD también están trabajando activamente en la comunidad vLLM (una arquitectura ligera para inferencia de lenguaje) para lograr:
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Mejor rendimiento de inferencia en GPU AMD, gracias a la optimización de kernels y nuevas bibliotecas como Triton y FP8.
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Mayor eficiencia en cargas de trabajo distribuidas, clave para modelos complejos que requieren múltiples GPUs.
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Compatibilidad total con Red Hat AI Inference Server, la solución empresarial de inferencia de código abierto que ahora es compatible con hardware AMD de última generación.
En palabras de Philip Guido, EVP y Chief Commercial Officer de AMD: “Estamos entregando el rendimiento y la eficiencia que los clientes exigen para acelerar la IA, la virtualización y la innovación en la nube híbrida”
Virtualización: lo heredado también se transforma
No todo es IA. Red Hat también está ampliando su apuesta por la modernización de máquinas virtuales (VM) tradicionales mediante Red Hat OpenShift Virtualization. Esta solución, validada para CPUs AMD EPYC y desplegable en servidores líderes como Dell, Lenovo o HPE, permite:
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Consolidar infraestructura y reducir el TCO.
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Ejecutar aplicaciones en contenedores y VMs de forma unificada.
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Preparar el centro de datos para cargas de trabajo emergentes sin desmantelar lo existente.
Ashesh Badani, vicepresidente senior de Red Hat, lo resume así: “Nuestra colaboración con AMD amplía el abanico de opciones para las empresas que buscan preparar sus entornos de TI para un futuro en constante evolución”.
¿Por qué importa esto para los CIO?
Porque la presión sobre los equipos de TI no se detiene. Adoptar IA ya no es solo una ventaja competitiva, sino una necesidad operativa. Y hacerlo sin romper el banco —ni los sistemas existentes— requiere una estrategia clara, modular y eficiente.
Esta alianza entre Red Hat y AMD ofrece justo eso: una ruta realista hacia la transformación, sin descuidar el presente ni hipotecar el futuro.
En resumen: IA, sí, pero con cabeza. Red Hat y AMD no están vendiendo humo: están diseñando la infraestructura que permitirá que la IA y la virtualización convivan de forma eficiente en cualquier nube híbrida. Y lo están haciendo con el poder del código abierto, el rendimiento de AMD y la mirada puesta en un CIO que quiere resultados, no solo promesas.