Quizás siempre ha creído que son dos formas de decir lo mismo. Pero, en realidad, un cracker es distinto a un hacker.
Aunque suelen o pueden confundirse, uno es arquitecto del caos digital. El el otro intenta detener el cibercrimen. ESET nos habla de los matices que los diferencian.
Sombreros blancos. Éticos. Son algunos de los nombres que se han usado para referir a quienes combaten a los cracker con su arma: el uso virtuoso del código y la programación.
Los nombres anteriores, sin embargo, eran parte del esfuerzo por librar de unas connotación negativa a la palabra hacker. Intentaba decirnos que venían en todos los colores y sabores.
Esa tendencia está haciendo aguas. Frente al incremento de las amenazas y ataques las sutilezas de lo politicamente correcto requière de más paciencia de la que está disponible.
Lo cierto es que los términos hacker y cracker, a menudo, se utilizan para describir a personas con conocimientos informáticos. Y se han usado en forma indistinta. No más.
“Desde 1985 los propios hackers acuñaron el término cracker como un intento de disociar sus actividades de las prácticas delictivas en Internet”, refirió el Investigador de Seguridad del Laboratorio de ESET Latinoamérica, David González.
Y es que, aunque los términos resultan similares a primera vista, se intenta al tener dos palabras distinguir definiciones y prácticas significativamente diferentes.
Mucho más que semántica
El investigador de Seguridad del Laboratorio de ESET Latinoamérica, David González, destaca que hay matices relevantes, más allá de la semántica.
Así, los hackers exploran y modifican, tanto software como hardware, para mejorar los sistemas de forma legal.
Su némesis, los crackers, por otro lado, vulneran los sistemas de seguridad y utilizan sus habilidades de forma ilegal. De esta manera, logran obtener ventajas personales así como causar daños.
“El uso de ambos términos, indistintamente, aún genera confusión en la comunidad. Especialmente debido a su asociación con la idea de ‘hackear sistemas’”, detalló David González, Investigador de Seguridad del Laboratorio de ESET Latinoamérica.
González refiere también que, algunas personas, se resisten a la idea de etiquetar a algunos como buenos y a otros como malos. Quienes mantienen esta resistencia argumentan que, tanto los hackers como los crackers, son hábiles y capaces de realizar las mismas tareas.
Pero siempre hay que tratar de distinguirlos, apunta González. Es por ello, entonces, que los hackers se han subdividido a su vez en “sombreros”.
Así, encontramos al sombrero blanco, el sombrero gris y al sombrero negro.
De esta manera es posible organizar los diferentes enfoques en el mundo de la tecnología.
Cracker: arquitectos del caos digital
Pero, sin importar el color del sombrero, se trata de personas que persiguen desafíos intelectuales, dedicados a encontrar soluciones creativas para problemas técnicos complejos.
Vale recordar, además, que el término “hacker” también se utiliza para describir a los entusiastas de la tecnología que:
- Comparten conocimientos
- Colaboran en proyectos de código abierto
- Y promueven tanto la libertad de información
- Como el acceso a la tecnología
La mala noticia es que algunos de ellos son maliciosos y hasta pueden utilizar sus habilidades para actividades ilícitas, asi como irrumpir en los sistemas mientras roban información sensible.
Son estos a los que debemos identificar como crackers. Estos representan la cara más oscura del universo tecnológico.
Conocidos, además por su capacidad para descifrar los sistemas de seguridad. De esta manera, los atacantes explotan las vulnerabilidades para obtener ventajas personales o daños.
“Sus actividades delictivas no solo comprometen la integridad de los sistemas, sino que también socavan la confianza de los usuarios en la tecnología digital”, sentencia el Investigador de Seguridad del Laboratorio de ESET Latinoamérica, David González.
Como resultado, señala el especialista, la batalla contra los crackers es una prioridad constante para las empresas y organizaciones de ciberseguridad de todo el mundo.