Con un alcance actual de 90% de conectividad e infraestructura para lograrlo, Bolivia tiene motivos para celebrar.
Sin embargo, el 10% restante constituye la cuesta y el desafío más difícil de lograr para la nación suramericana.
América Latina es un territorio basto, lleno tanto de geografías difíciles como desigualdades sociales y económicas.
Por ello lograr coberturas totales de cualquier servicio es, prácticamente, un logro aspiracional para naciones y gobiernos.
Eso explica las irregularidades en la cobertura que encontramos en cualquiera de nuestros países. Por eso el que Internet móvil en Bolivia ya se ubique en torno al 90% de penetración es un logro.
El restante, sin embargo, es probable que se encuentre en zonas, tanto rurales como urbanas, de difícil acceso.
Según los datos de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) de Bolivia, las líneas móviles en el país alcanzaron los 12,03 millones a mediados de 2024.
Durante la realización de un webinar para 5G Américas realizado en el último trimestre de 2024, ATT presentó esta información, la cual indica una penetración de, aproximadamente, el 108,8%.
Tal estimación se desprende de los datos preliminares más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). En las mismas, se estima en 11,3 millones de habitantes la población de Bolivia para el año 2024.
“Sin conectividad, no podemos hablar de transformación digital. Y para hablar de tanto de ella como de conectividad, hay que referirse al despliegue de infraestructura”, señaló durante su presentación el director ejecutivo de la ATT, Néstor Ríos.
Lo urbano y lo rural
Los datos de cobertura de ATT revelan que existen en el país 20.163 radiobases, de las cuales el 56% corresponden a áreas urbanas y el 44% restante a zonas rurales.
Esto ha permitido que, según los números de ATT, Bolivia ya cuenta con:
- 11,13 millones de líneas con Internet móvil
- 92,5% del total de líneas móviles
Al observarse el crecimiento de líneas móviles y otras con Internet móvil, se percibe en los últimos cuatro años una estabilización en el incremento de ambos servicios.
Pese a todas estas buenas noticias, es claro que llegar a una cobertura total no será sencillo. Si lo fuera, ya se habría conseguido.
Para avanzar aún más y reducir las brechas qué aún persisten en la nación.
“En primer lugar, los números de ATT evidencian una notoria diferencia entre la penetración de las líneas móviles por departamento, especialmente considerando si se trata de zonas rurales o urbanas”, puntualizó Néstor Ríos, también actual presidente del Foro Latinoamericano de Entes Reguladores de Telecomunicaciones (Regulatel).
En este sentido, los departamentos con mayor población urbana como La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Tarija, exhiben niveles de penetración superiores al 100%. Oruro, incluso, supera largamente este indicador, llegando al 132%.
En contraste, la densidad del servicio está al 70% o por debajo en departamentos rurales como Pando, Potosí y Beni.
Esto supone limitaciones importantes para estas poblaciones que, de por si, ya tienen requerimientos adicionales de servicios, como salud y educación.
Estos servicios, precisamente, pueden enriquecerse con un mayor conectividad. Por otro lado, el comercio y la industria también puede ser mejorar su desempeño adoptando tecnologías que la acerquen a la economía digital.
El próximo paso
Pero la mayor disparidad se percibe al considerar las tecnologías. Así, las radiobases 2G GSM y 3G UMTS muestran números similares en áreas urbanas y rurales.
Mientras, existe una amplia brecha al examinar las celdas 4G LTE. En las áreas urbanas se pueden encontrar 4.946 radiobases 4G LTE. Esto equivale, aproximadamente al 64% del total nacional.
Por el contrario contrario, en las áreas rurales se contabilizan tan sólo 2.780 radiobases. Es decir, el equivalente al 36% del total nacional.
Esta disparidad de cobertura en 4G no se corresponde con las tecnologías anteriores, 2G y 3G, en las cuales el total de radiobases se distribuyó casi equitativamente entre las áreas urbanas y rurales.
“La conectividad es esencial. No sólo con miras a desarrollar uno de los servicios más importantes que se da a un país o a un ciudadano”, dijo durante su presentación Néstor Ríos, director ejecutivo de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes de Bolivia, ATT.
El funcionario señaló que la importancia de la infraestructura de conectividad también se debe al componente integrador.
Este implica la inclusión de nuevas tecnologías para el desarrollo en diferentes áreas de la economía y, de manera transversal, de toda una sociedad.