El flujo de dinero por remesas en América Latina se ha venido incrementando desde hace décadas, debido al constante y creciente flujo migratorio entre los países de la región.
Esta ha transformado la gestión de estos movimientos transfronterizas en una oportunidad de negocio de interés.
¿Sabía usted que, según un reporte de Statista, datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) del Banco Mundial (BM) registran en 2020 un monto total de remesas equivalente a US$ 702.000 millones?
Y, si bien la cifra ya es de suyo impresionante, resalta aun más cuando se compara con los US$ 126.000 millones de fondos que las personas enviaron a sus países de origen en el año 2000.
El movimiento de dinero entre naciones es objeto de estudio desde los principios de la humanidad, esencialmente debido a la actividad comercial y, con el tiempo, las inversiones.
El registro y estudio de las remesas es, sin embargo, es apenas del siglo XX, debido a las mejoras en las comunicaciones, transportes y servicios financieros. Todos ellos facilitaron tanto los flujos migratorios como los de dinero.
Lo cierto es que los volúmenes y condición anticíclica de las remesas permite que las mismas sean una fuente importante de ingresos para sus países, incluso en tiempos de agitación financiera.
De lo global a lo regional
Por décadas, China, India y el sudeste asiático han sido lideres en la recepción de estos fondos y, como podemos ver en este gráfico de Statista, eso se mantiene aunque ya China no lidere la tabla de recepción.
Para efectos de América Latina, hay dos datos relevantes que revela el las cifras del Banco Mundial recogidas tanto por Statista como por el Fondo Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) es que:
- La mayoría de las remesas que se emiten en el mundo salen de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.)
- Y, México se mantiene en el principal receptor de remesas de América Latina
Cabe destacar que, el BM pronostican en 2021 que México iba en camino de superar a China como segundo receptor de remesas en el mundo. Esto ya es un hecho.
El informe de Mastercard sobre estos movimientos de flujos de dinero fronterizo con fecha de publicación de Marzo de 2024 ya coloca a México por encima de China con US$61.000 millones, casi el doble de lo registrado por China que registra US$34.000 millones.
Los datos de este informe de Mastercard, además, coloca otro país latinoamericano en el Top 10 de receptores de fondos: Guatemala, el cual ocupa la novena posición con US$18.000 millones.
Necesidades del mercado
En cuanto al impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) que aportan las remesas en el 2022, la investigación destaca a tres paises de la región de América Latina y el Caribe: Honduras (7), El Salvador (8) y Haití (9), los cuales registran, respectivamente, 27, 24 y 22% del PIB de estas naciones.
El informe de Mastercard, igualmente, destaca que:
- Las remesas en América Latina han crecido a ritmo mayor ritmo al 10% anual desde 2014,
- Esto en comparación con el 4% que se registra a nivel mundial.
- Por otra parte, el corredor Estados Unidos-México es el mayor canal de remesas del mundo, con un volumen en 2023 de US$ 65.000 millones
Pero, si algo no ha cambiado es que los movimientos de dinero transfronterizo son caros para la mayoría de los migrantes que provienen de países de renta baja y hasta media.
Según el informe global de Mastercard, Borderless Payment 2023, más de un tercio de los encuestados afirma que sus familias en casa tienen opciones limitadas para acceder al dinero que envían.
Igualmente, casi uno de cada cuatro entrevistados informó que su familia debe viajar grandes distancias para acceder a su dinero.
Esto demuestra que el sector sigue enfrentándo importantes retos que limitan la plena digitalización y adopción como la falta de transparencia, confianza y seguridad en el sistema.
Crecimiento a pesar de las falencias
Otros problemas que aquejan al sector de envío y recepción de remesas son la escasa experiencia digital de los usuarios y la lentitud de las transacciones.
Todas las dificultades señaladas contrastan con las perspectivas del sector, en lo que a América Latina se refiere.
Recordemos que, en 2022, el volumen de remesas formales en América Latina alcanzó los Us$ 146.000 millones.
Esto fue más del doble de lo que se recibió en remesas diez años atràs. Además, representa un crecimiento de 25 veces en los últimos 30 años, según las estimaciones del estudio de Mastercard.
En cuanto a las proyecciones se prevé que en 2024 marcará un cambio hacia una mayor velocidad, simplicidad y seguridad, a medida que las remesas digitales comiencen a superar el envío de dinero físico a través de las fronteras.
Esto será posible gracias a años de digitalización acelerada. Hay que recordar que los consumidores de América Latina cuentan ahora con una alta penetración de la telefonía móvil, un mayor acceso a Internet y menos personas no bancarizadas.
Todo ello, entre otras cosas, ha impulsado el crecimiento de las remesas digitales en la región.
De hecho, a medida que estas tendencias, se espera que las remesas generen un incremento de US$20.000 millones para 2026.
De cara al porvenir
Por otro lado, en los últimos años, los proveedores tradicionales de estos servicios han permitido la digitalización.
Esto ha dado paso a nuevos actores en la industria, incluyendo fintechs, billeteras digitales, compañías de blockchain y otras empresas de tecnología.
Tales avances responde y explican las tendencias observadas en la industria de remesas de América Latina.
Al respecto, podemos señalar:
- El corredor Estados Unidos-México es el mayor canal de remesas del mundo, con un volumen para 2023 de US$65.000 millones.
- En El Salvador, dos de cada 10 familias que reciben remesas viven en la pobreza.
- En Guatemala, al menos uno de cada tres hogares cuenta con las remesas como principal fuente de ingresos.
- En Honduras, los receptores de remesas representan el 50% de todos los hogares.
Como parte de los pronósticos, el informe de Mastercard y los estudios que esta empresa viene manejando indican que, en Sudamérica, la inflación y la inestabilidad política de la región son motores de los flujos migratorios.
Y, por supuesto, de las remesas. Para elo, a menudo se utilizan fintech y blockchain.
Ambas alternativas permiten evitar los problemas que surgen al utilizar el sistema tradicional.