La curiosidad es importante para la innovación, ampliar el campo de intereses permite aplicar ideas divergentes, mejorar las ideas de otros, sintetizar ideas y descubrir patrones en áreas disímiles para así generar nuevas ideas.
La curiosidad es la necesidad, hambre o deseo de adquirir conocimientos. La curiosidad revela nuevas opciones, incluso en aparentes callejones sin salida, e inspira un sentimiento de propósito y significado.
La curiosidad está asociada a una mentalidad creativa. Asimismo, la falta de curiosidad puede llevar a la apatía, al aburrimiento, a la conformidad, a baja empatía y a un sentimiento de estancamiento. Por tratarse de un elemento importante, es conveniente identificar mecanismos para su desarrollo.
Curiosidad
La curiosidad es un componente de la creatividad, involucra la búsqueda de conocimiento y de experiencias nuevas y puede transformar conocimiento, ideas u objetos existentes en algo novedoso e interesante. La curiosidad parece un concepto simple a primera vista, pero cuando se piensa en lo que es y como cultivarla especialmente en el lugar de trabajo se convierte en un reto.
El deseo de aprender y adquirir algunos hábitos relacionados a la curiosidad puede ayudar a desarrollar ese valioso atributo.
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Académicos que estudian la curiosidad, la atención, el desarrollo cognitivo y otras áreas afines explican que es necesario considerar las variaciones entre las diferentes personas, así como también las variaciones en los individuos mismos y en distintos momentos.
Dicha variación puede depender del interés y del conocimiento de la materia. Algunos individuos pueden tener inquietudes por una gama amplia de tópicos, otros pueden tener una menor diversidad de intereses que alimentan su curiosidad, pero profundizar más en ellos. El conocimiento de la materia también puede afectar la curiosidad.
No se tiene curiosidad por aquello que se desconoce totalmente. Cómo ejemplo, es poco probable que una persona escoja leer un libro de un idioma que no entiende, ya que no podrá entenderlo. Por el contrario, si se tiene la certeza de dominar un tópico en particular, también termina no llamando la atención de la curiosidad.
La curiosidad se concentra principalmente en temas que están en el “punto intermedio” del conocimiento; aquellos sobre los que se tiene algún conocimiento. Estudios recientes han confirmado este hecho con estudiantes de preescolar. Los niños querían más información cuando sabían lo suficiente para encontrarlo interesante, pero no demasiado para que se convirtiera en aburrido.
Desarrollo de la curiosidad
Cuando las personas se interesan en hacer preguntas y aprender, pueden detectar mejores formas de hacer las cosas, de inventar nuevos productos o de encontrar soluciones a problemas. La creación de hábitos relacionados a la curiosidad puede ayudar a desarrollar este valioso atributo y estas son algunas de las ideas para lograrlo:
- Rodearse de gente curiosa. La curiosidad aumenta cuando se está con personas con las que se tiene una relación cercana y con las cuales se comparte el interés por temas comunes. Esto último es cierto en las organizaciones. Si se está enfrentando un problema colectivo o de interés compartido, la curiosidad en grupo es más poderosa y abre espacio a nuevas formas de pensar y la posibilidad de explorar las oportunidades en equipo.
- El enfoque colaborativo y la experimentación. En campos creativos, la curiosidad puede ser contagiosa. Con los bailarines, cuando se observan y alguien comete un error no le dicen que esa no era la forma correcta de hacerlo. Más bien, se le comenta que se trata de algo interesante y se preguntan qué ocurriría si todos se tomaran un tiempo para jugar con esa posibilidad y repitieran la experiencia. La experimentación frecuentemente provee un conjunto de posibilidades de las cuales aprender.
- Escuchar en lugar asesorar. Cuando se hace un conjunto de preguntas para satisfacer la curiosidad es común caer en la tentación de asesorar en lugar de escuchar, en su lugar es más conveniente averiguar la razón por la cual el otro está preguntando.
- Curiosidad bajo incertidumbre. Es posible que se dificulte mantener la curiosidad bajo estrés o bajo condiciones de alteración mayor, como en una pandemia. Cuándo la persona está en una situación de incertidumbre la recomendación es un enfoque de autogestión, identificando aquello que se pueda controlar o influenciar. La realidad es que controlamos menos de lo que pensamos e influenciamos más de lo que imaginamos. Una vez que se abandonan los intentos de manejar lo que no se puede cambiar, disminuye la ansiedad y eso abre espacio a la curiosidad.
- La persistencia. Si hace el esfuerzo se puede aumentar la curiosidad. Al forzar el aprendizaje de algo y ser persistente al respecto se tendrá como resultado que la persona en forma natural se interese en otros aspectos relacionados a temas con lo que se está familiarizado, entendiéndose que existe una relación entre lo que se conoce y aquello que se podría adquirir. Al crearse el hábito de explorar nuevas materias se entra en un circuito donde se hace más fácil conectar con elementos nuevos.
Entender como alimentar y fortalecer la curiosidad tiene otros beneficios, entre ellos está el disfrutar más el trabajo. Cuando los empleados son provistos del ambiente y de las herramientas apropiadas, y son naturalmente más curiosos y comprometidos, producirán mejores resultados. Desarrollar los ambientes y las culturas donde se sientan seguros será un beneficio para la organización y las personas que allí trabajan.
Se hace referencia a How (and why) to train your brain to be more curious at work. También aparece en mi portal https://bit.ly/3jsS2yW. La imagen es cortesía de pexels.
Foto de Rakicevic Nenad en Pexels