La resistencia al cambio es un componente definitivo en la evolución de las organizaciones en esta nueva era de la transformación digital, en donde uno de los puntos determinantes y que más afecta a las compañías es la parálisis.
Los cambios en la transformación digital que se evidencian en los últimos años han generado un concepto del que todas las compañías hablan y buscan ser parte. El impacto de las nuevas tecnologías, la gestión en los cambios de modelos de negocio y la renovación del sistema cultural trazan desafíos al igual que beneficios, los cuales impactan en la estrategia, recursos y costos operacionales de las organizaciones.
En este sentido, de acuerdo con Peter Ferdinand Drucker, considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX, en una organización con miras a un proceso en la gestión de cambio las estadísticas reflejan que el 15% de la gente lo acepta, el 15% lo rechaza abiertamente y un 70% se resiste. Por lo cual el autor concluye, que, cuanto más esté organizada una institución con el objetivo de hacerse líder del cambio, más tendrá que establecer continuidad interna y externa, y más tendrá que equilibrar el cambio veloz con la continuidad.
La resistencia al cambio es un componente definitivo hacia la evolución en esta nueva era de la transformación digital, en donde uno de los puntos determinantes y que más afecta a las compañías es la parálisis, ya que bloquea e impide dar un paso hacia adelante. Una de las mejores maneras para vencerlo, es lograr identificar en qué estado emocional están tanto la organización como sus colaboradores respecto a este cambio y, de esta manera, saber cómo actuar y brindar la información correcta en el momento oportuno.
Por esta razón, sugerimos algunas recomendaciones para hacer que las metas de transformación digital al interior de las organizaciones, no solo no se paralicen por la dificultad que evidencian algunas personas por la resistencia al cambio, sino que al contrario las innovaciones impulsen su crecimiento personal y profesional.
- Vender el cambio: Hay que saber vender lo que va a pasar, pero también vender las consecuencias que estos cambios conllevan. De esta manera, las personas tendrán la posibilidad de conocer las dos caras de la información.
- Definir prioridades: En las compañías no todos hacen la misma labor y hacer cambios al tiempo no es la mejor estrategia. Por esta razón, es importante definir prioridades y saber reconocer a qué debemos decir que sí y a qué no.
- Definir responsables: Es importante nombrar un responsable para ejecutar la gestión de cambio, este elegido, debe inspirar respeto, credibilidad y cercanía. Además, debe estar acompañado por colaboradores de las diferentes áreas, para lograr un balance y optimización de los procesos.
- Compartir la visión: Es un factor clave dar a conocer a dónde va la compañía y cómo está alineada con la visión de la organización y del negocio. Para esto es importante incluir a los líderes en la ejecución del cambio, dándole una gran relevancia al colaborador como parte clave de este proceso.
- Involucrar a los directivos: Es necesario incluir a los directivos de la compañía en forma integral, logrando que la gestión del cambio haga parte de su agenda.
- Identificar los obstáculos: En este proceso es imperante identificar los factores que se puedan convertir a su vez en obstáculos en todo el proceso de la gestión del cambio, y de esta forma definir estrategias que permitan minimizar los riesgos y el nivel de estrés posible a la ejecución de las actividades.
- Volver a compartir la visión: Una vez se superan los obstáculos, se debe volver a compartir la visión, para estar seguro de que todos están en la misma página.
- Dar beneficios a los colaboradores: Los incentivos siempre serán una herramienta fundamental en los procesos, ya que además de brindar beneficios hace que las personas involucradas tengan sentido de pertenencia.
- Definir metas a corto y largo plazo: Es importante definir metas alcanzables con todos los miembros de la compañía, con números concretos y acciones reales.
- Compartir las metas: Cada meta de corto plazo se debe celebrar y compartir con los empleados de la organización, de tal manera que ellos sientan que gracias a su trabajo continuo aportan en el mejoramiento de un óptimo proceso.
- Integrar los avances en la cultura de la organización: Con el fin de hacer un proceso de sensibilización y aceptación más eficiente, los miembros de la compañía deben sentirse parte del proceso, y para lograrlo, es importante involucrarlos en la estructura e implementación en los que la compañía está trabajando en el proceso de gestión del cambio.
Para lograr una gestión del cambio exitosa se debe posicionar al colaborador como protagonista de este proceso, teniendo claras las diferencias propias de aprendizaje y motivación. Es importante destinar por lo menos un 10% del tiempo y del presupuesto del proyecto de transformación digital para trabajar en la sensibilización y en el buen manejo de las emociones, para vencer la resistencia al cambio. Esto permitirá que el proceso sea menos costoso y minimiza la posibilidad de que los involucrados den un paso atrás.