Si crees que la nube llevará a los centros de datos a la extinción y que los proyectos de IA están condenados a fracasar, piensa de nuevo.
Por: Matt Asay, colaborador de InfoWorld.
En los círculos más intensos de la tecnología empresarial, destacan dos fallas primarias: estamos demasiado ansiosos por inaugurar el futuro e irónicamente demasiado dispuestos a ignorarlo cuando no llega tan rápido como lo habíamos proyectado. Tomemos, por ejemplo, dos mitos persistentes que circulan hoy en día: primero, que el gasto en servicios basados en la nube está enviando las inversiones en centros de datos a un precipicio y, segundo, que la inteligencia artificial (IA) está sobrevalorada que no convence a los compradores empresariales. Tomemos estas ideas en orden.
Mito #1: Su centro de datos está condenado
Gartner inició el primer mito, cuando plateó que el 80 por ciento de las empresas cerrarán sus centros de datos en el 2025 (en comparación con el 10 por ciento que lo hizo en 2018). ¿Agresivo? Claro, pero Cappuccio da algunas razones sólidas para su pensamiento: “A medida que los servicios de interconexión, los proveedores de nube, el Internet de las cosas (IoT), los servicios de borde y las ofertas de SaaS continúan proliferando, la razón para permanecer en una topología de centro de datos tradicional tendrá ventajas limitadas”.
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La razón estriba en la tracción, o en la gravedad de los datos. Mientras que esa gravedad trabajó contra la nube durante algún tiempo (si los datos viven en el centro de datos se vuelve ineficiente empujarlos a la nube para su procesamiento), ahora está teniendo un efecto contrario: Más y más datos nacen en la nube y serán almacenados, procesados y analizados allí.
Y aun así… los centros de datos no están muriendo.
Según David Linthicum de Synergy Research Group, “al tiempo que la nube crece, el gasto de los centros de datos no disminuye. Esto, a pesar de las predicciones de que la nube desplazaría rápidamente los centros de datos. La mayoría creía que un dólar gastado en la nube sería un dólar no gastado en los centros de datos tradicionales. No parece ser el caso”.
O tal vez sea que las empresas siguen lidiando con los centros de datos porque están mal preparadas para moverse a la nube. Lo cierto es que el 97 por ciento de todo el gasto en TI sigue siendo en infraestructura on premise. Y esto no es para menospreciar a la nube. Es sólo para nivelarnos con la realidad sobre dónde estamos en la migración empresarial.
Lo que nos lleva al Mito #2.
Mito #2: La IA está fallando en la empresa
Volviendo a Gartner, el analista Nick Heudecker sugirió que aproximadamente el 85 por ciento de los grandes proyectos de datos fallan. Dos años más tarde, IDC se centró en los grandes proyectos de inteligencia artificial relacionados con datos y fijó la tasa de fracaso en un 50 por ciento (para un cuarto de los encuestados).
Sobre estos datos de la encuesta nacieron innumerables titulares que básicamente gritaban, “La mayoría de los proyectos de IA fallan”. Implícita en tales titulares está la acusación de que la tecnología detrás de la IA es inmadura. Entretanto, la IA sigue avanzando, y la verdad en lo fundamental es algo diferente.
Por un lado, como dijo el analista Lawrence Hecht, a veces la ambición de los ejecutivos de ir a lo grande en la IA excede la capacidad de una empresa para cumplir: “Estos proyectos están destinados a fracasar si no hay una necesidad tecnológica subyacente. Sí, entiendo que los C-level son necesarios para llevar a todos hacia el cambio, pero a veces parece que es sólo por el cambio”. El problema no es tanto que “la IA está fallando” como que no nos preparamos adecuadamente para los resultados que puede dar la IA.
Y aquí la juventud puede tener la culpa, al menos en parte.
Después de todo, hay un exceso absoluto de jóvenes científicos de datos mal preparados, pero demasiado exagerados que entran en la industria, listos para abrirse camino hacia el éxito, como ha dicho Vicki Boykis.
La IA, en otras palabras, podría ser un poco más básica de lo que se pensaba. También podría estar fallando por razones que no tienen nada que ver con la tecnología. Y tal vez, sólo tal vez, no está fallando en absoluto. Al menos, no más que otros proyectos de IT.
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Según Thomas Dinsmore, “los proyectos de IA no son más o menos propensos a fallar que cualquier otro proyecto de IT”. Continúa explicando con más detalle:
“Los proyectos raramente fallan porque la tecnología no hace lo que se supone que debe hacer. Los proyectos fracasan porque el comprador quiere algo que la tecnología no está diseñada para entregar, o la organización corta los gastos de implementación… Los proyectos de IA son los mismos que los proyectos ERP o cualquier otro proyecto de TI. Tienen éxito o fracasan basándose en los procesos de gestión de proyectos de la organización”.
En resumen, puede ser divertido enterrar la IA prematuramente, así como hemos intentado enterrar los centros de datos mucho antes de que estén muertos. En cada caso mostramos un comprensible, aunque ingenuo, deseo de llegar al futuro lo más rápido posible, y luego una impaciencia cuando el futuro toma tiempo. En las nubes y la IA, como en tantas otras cosas, la verdad es mucho más matizada de lo que cualquier titular puede retratar.