Microsoft aprendió la lección, y después de “asimilar” la filtración de documentos que la acusaban de espiar a usuarios y otras compañías, decidió mejorar su transparencia al anunciar la apertura de su cuarto centro de transparencia; ahora en Brasil.
La compañia ubicada en California trata de demostrar tanto a usuarios como a los gobiernos, que no tiene nada que ocultar y no existen programas ocultos, vías oscuras, o puertas traseras que filtren información de los usuarios a las agencias de espionaje.
Para lavar la imagen Microsoft ha creado los centros de transparencia, en los que expertos pueden analizar el código fuente de varios servicios de Microsoft para comprobar que están limpios.
El primero fue puesto en operatividad en 2014, en su sede en Redmond, Estados Unidos de América. El segundo en Bruselas, Bélgica. El año pasado se inauguró uno en Singapur, y ahora abren operaciones en nuestro continente; en Brasilia, la capital del Brasil.
La situación tirante entre el gobierno de ese país y la Organización Mundial de Comercio (OMC), que pudiesen obligar a empresas tecnológicas a cerrar operaciones, como el posible caso de Ericsson, alertó a la directiva de Microsoft, tomando en cuenta que en Brasil, con la filtración del espionaje a varios de sus dirigentes y su relativamente reciente acercamiento al software libre, ven con buenos ojos que Microsoft tome este paso. Para los brasileños, es una muestra de Microsoft de confianza en sus decisiones gubernamentales.
Al nuevo centro de Brasilia podrán acceder también expertos del resto de Sudamérica y Centroamérica, y se espera que la trasnacional tecnológica abra el próximo año un quinto centro en Beijing, China.
Eso sí, el acceso al código fuente de Microsoft está bastante restringido. No se permitirán dispositivos electrónicos externos, y se podrá acceder solo a copias del código fuente de varios productos concretos, conectados únicamente a servidores locales y que se eliminarán posteriormente.